Agamenón y Orestes

Máscara fúnebre de "Agamenón". S. XVI a.C. Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

Agamenón:

Agamenon (Ἀγαμέμνων), quizá de Ἀγαμέδμων (de ἄγανέ "mucho, y μέδομαι," pensar en "), "muy firme o muy resuelto".

Hijo de Plístenes y nieto de Atreo, rey de Micenas, en cuya casa Agamenón y Menelao son educados después de la muerte de su padre (Apd. III 2.2; aunque Agamenón es hijo de Atreo, nieto de Pélope y bisnieto de Tántalo, en Hom. Il. XI 131; Eurip. Helen. 396; Hig. Fab. 97). Su madre es Aérope, hija de Catreo de Creta. Además de su hermano Menelao, tiene una hermana llamada Anaxibia, Cindragora o Astíoque (Hig. Fab. 17). La mujer de Atreo es Cleola, hija de Diante y nieta de Pélope (Tzetzes, Hes. Fr. 194).

Aérope:

El padre de Aérope había recibido un oráculo acerca de que moriría a manos de uno de sus hijos. Su hijo Altémenes huyó a Rodas con su hermana Apemósine. Catreo entrega a Aérope y a su hermana Clímene a Nauplio para que las vendiera como esclavas en un país extranjero. Nauplio lleva a Aérope a Argos, donde se casa con Plístenes o con Atreo, el rey de Micenas, con quien fue madre de Agamenón, Menelao y Anaxibia (Apd. III 2.1).​

Aérope es infiel a Atreo con su hermano Tiestes (Eurípides, Orestes; Hig. Fab. 88). Aérope roba el cordero de oro de los rebaños de Atreo para entregárselo a Tiestes, lo que permitió a éste hacerse con el trono de Micenas, aunque Atreo consigue recuperarlo por la intervención de Zeus y el prodigio de la inversión del viaje del Sol en el cielo.

Conflicto de Atreo y Tiestes:

Atreo castiga el adulterio de Aérope con Tiestes arrojándola al mar y expulsa a Tiestes de su reino. Posteriormente llama a Tiestes del exilio con la excusa de reconciliarse con él. Celebra un banquete en su honor en el que la comida eran los tres hijos de Tiestes: Áglao, Calileonte y Orcómeno (Apd. Ep. II 13; Tántalo y Plístenes en Hig. Fab. 88).

Tiestes huye a la corte del rey Tesproto. Por medio del oráculo de Delfos, descubre que podría vengarse si tenía un hijo con su hija Pelopia. En Sición, durante los ritos de sacrificio a Atenea, Pelopia se mancha la túnica de sangre de la víctima y dirigiéndose al río a lavar la sangre, Tiestes, con la cabeza tapada y protegido por la noche, viola a su hija sin que pueda reconocerle. Ésta, consigue quitarle la espada que esconde bajo el pedestal de la estatua de Atenea. Pelopia tiene a Egisto en un bosque y lo abandona al niño, quien es criado por unos pastores.

En Micenas se produce una esterilidad de la tierra y una hambruna como castigo por el crimen de Atreo. El oráculo predice que, para que terminase la escasez, Tiestes debe regresar al reino. Atreo llega a la corte del rey Tesproto, buscando a Tiestes. Viendo a Pelopia y creyendo que era hija de Tesproto, le pide al rey que se la diese en matrimonio. El viudo Atreo se casa con ella sin saber que es su sobrina y manda buscar al hijo abandonado, Egisto, a quien cría y educa como a un hijo propio.

El rey Atreo ordena a sus hijos, Agamenón y Menelao detener a Tiestes en Delfos y llevarlo a Micenas. Tiestes es encarcelado y sentenciado a muerte. El verdugo designado para ejecutar la sentencia es Egisto, pero en el momento de matarlo, Tiestes reconoce su espada y cuenta a Egisto la verdad. Pelopia horrorizada por el incesto, se suicida. Egisto, cogiendo la espada ensangrentada, se la muestra a Atreo. Egisto mata a Atreo cuando está ofreciendo un sacrificio a la orilla del mar, y corona en su lugar a Tiestes. Agamenón y Menelao son obligados a huir.

Reinado de Agamenón:

Exilio de Agamenón y Menelao.

Los Atridas (hijos de Atreo) Agamenón y Menelao son exiliados, al principio en la corte del rey Polifides de Sición, más tarde son recibidos en Etolia por Eneo, rey de Calidón, y después, llegado el momento de destronar al rey de Micenas, regresan y con el ayuda del rey Tindáreo de Esparta, toman el poder.

Tiestes busca refugio en el templo de Hera. Los Atridas exilian al rey Tiestes lejos en la isla de  Citera, en la costa sur del Peloponeso (Apd. Ep. II 3).

Reconquista del trono de Micenas. 

La manera en que Agamenón recupera el reino de Micenas es narrada de manera diferente, a veces parece haber sucedido pacíficamente a Tiestes (Il. II 10; Paus. IX, 40, 6) y en otra versión (Esquilo Agam., 1605) Agamenón expulsa a Tiestes y usurpa su trono. Después de convertirse en rey de Micenas, convierte a Sición y su rey en súbditos (Paus. II 6. 4), y se convierte en el príncipe más poderoso de Grecia (un catálogo de sus dominios está en la Ilíada II 569, Estr. VIII p. 377, Tuc. I 9).

Boda de Agamenón. 

Cuando tomaron el poder, los Atridas se casaron con las hijas de Tindareo. Agamenón desposa a Clitemnestra, con quien tiene varios hijos: Ifianasa, Ifigenia, Crisótemis, Laodice (o Electra) y Orestes (Hom. Il. IX 145, con la nota de Eust. Lucret. I 86). Sin embargo, Clitemnestra, siendo todavía virgen, ya había sido dada en matrimonio a Tántalo, hijo de Tiestes o de Broteas, y era madre de un niño también llamado Tántalo. Agamenón solo pudo casarse con ella después de matar a su esposo Tántalo junto con su hijo, un crimen que Clitemnestra nunca olvidará (Ifigenia en Aulis 1150). Menelao, casado con Helena, se convierte en rey de Esparta.

Aparte de su esposa, Agamenón tiene hijos con las esclavas Criseida, hija de Crises y con Casandra, hija de Príamo, obtenidas ambas como botín durante la guerra de Troya. Se conoce el nombre de un erómeno llamado Argino que se ahogó en el río Céfiso, donde Agamenón levantó el templo de Afrodita Arginis (Ateneo XIII).

Funeral de Catreo.

Menelao es informado por Iris, durante los funerales de su abuelo Catreo en Creta, de que el príncipe troyano Paris había secuestrado a su esposa Helena y saqueado su casa. Entre los herederos de Catreo se encuentran sus sobrinos Idomeneo y Molión de Creta, su yerno Néstor de Pilos y sus nietos, Palamenes y Éax de Nauplia y Agamenón y Menelao de Micenas (Dictis I, llama Atreo al rey de Creta). Menelao se reune con su hermano Agamenón en Micenas, y juntos deciden formar un ejército contra Troya. Heraldos son enviados a todos los reyes de Helade obligados por el "Juramento de Tindáreo" a apoyar a Menelao si alguna vez su matrimonio con Helena era amenazado (Odisea XXIV 115).

Aliados griegos contra Troya. 

Agamenón, en ese momento el gobernante más poderoso de Hélade, se convierte en el comandante en jefe de la gran coalición. Los líderes griegos se reunieron en Argos en el palacio de Diomedes, donde Agamenón es elegido comandante en jefe, sea a consecuencia de su poder superior (Tuc. I. 9) o porque en la votación es elegido por unanimidad ganando el favor de los jefes reunidos al darles ricos regalos (Dictis Cret. I 15, 16, votación escrita en griego con caracteres fenicios o púnicos). El ejército de tierra estaría al mando de Agamenón con Odiseo, Palamedes y Diomedes como segundos. La flota griega se pondrá bajo el mando de Aquiles con Áyax Telamonio y Fénix como lugartenientes. Menelao y el viejo Néstor de Pilos recorren Grecia para convocar a los líderes de la expedición (Hdt. I 3; Apd. Ep. III 6).

Ulises de Ítaca simula su locura para evitar la guerra porque había sido advertido por un oráculo que no regresaría hasta después de veinte años y en condiciones penosas. Agamenón, Menelao y Palamenes lo encuentran arando con un asno y un buey pero arrojando sal por encima de su hombro. Palamenes descubre la falsa locura de Ulises al amenazar a su hijo Telémaco con la espada (Apd. Ep. III 6) o al colocar al recién nacido en el camino del arado y verse obligado Ulises a frenar a los animales (Hig. Fab. 85; Paus. III 12.2).

Cíniras de Chipre regala una armadura a Agamenón y promete contribuir con 50 naves contra Troya. Finalemente solo contribuye con una nave auténtica y 49 naves de juguete hechas de barro con muñecos como tripulantes. Cíniras es castigado por los dioses cuando sus cincuenta hijas se transforman en alciones. El rey se suicida cuando descubre que ha cometido adulterio con su hija Esmirna (Apd. Ep. III 9; Hig. Fab. 242).

Calcas, profeta troyano, hijo de Téstor y nieto del argonauta Idmón, enviado por Príamo al Oráculo de Delfos, se pasa al bando griego por orden de la pitonisa y hace gran amistad con Aquiles. Convence a Agamenón de la caída de Troya si participa en la guerra el séptimo hijo de Peleo y Tetis, a quien su madre había escondido disfrazado de mujer en la corte de Licomedes de Esciros. Ulises descubre a Aquiles cuando éste toma las armas después de fingir un falso ataque al palacio (Apd. III 13.8). Aquiles se acompaña de su tutor Fénix y su primo Patroclo.

Idomeneo, rey de Creta, participa en la guerra con 100 naves a cambio de que Agamenón comparta el mando supremo con él (Apd. III 3.1). De esta manera, la expedición se convierte en una empresa micénico-cretense.

La Profecia de Áulis.

Después de dos años de preparación, el ejército y la flota griega se reune en el puerto de Aulis en Beocia. Agamenón consulta al oráculo sobre la empresa, y la respuesta es que Troya debería caer en el momento en que los dos guerreros más distinguidos entre los griegos se peleen (Od. VIII 80). Una segunda profecía derivó de un prodigio que ocurrió mientras los griegos realizaban un sacrificio en Aulis. Bajo las ramas de un árbol sicómoro, una serpiente de manchas azules y rojas como la sangre devoró un nido que contenía ocho crías y su madre. El profeta Calcas interpretó el signo para indicar que los griegos tendrían que luchar contra Troya durante nueve años, pero que en el décimo la ciudad caería (Il. II 303).

Las Enotropos:

Anio, rey/sacerdote de Delos, hijo de Apolo y Reo, hija de Estáfilo (hijo de Baco y Ariadna) y Crisótemis, trata de convencer a los griegos que esperen nueve años en su país y que naveguen hacia Troya el décimo de año. Reo había sido encerrada en un cofre y arrojada al mar por su padre cuando este descubrió que estaba encinta (Dictis I 23, similar a la historia de Dánae) pero Apolo salvó a su hijo Anio y lo llevó a la isla de Delos.

Anio y su esposa Dóripe tienen tres hijas llamadas Elais (óleo), Espermo (semilla) y Eno (uva) conocidas comos las Viticultoras (Enotropos) y un hijo llamados Andros. Dioniso había otorgado el favor a Elais de convertir lo que tocara en aceite, a Espermo en cereal y a Eno en vino, de forma que pudieran abastecer a la flota griega. Agamenón, rechazando la hospitalidad de Anio, quiso partir con sus hijas hacia Troya para alimentar a su ejército y amenazó a Anio con la guerra. Dioniso convierte a sus tres jóvenes tataranietas en palomas (Ov. Met. XIII 650).

Télefo:

Los griegos realizan sacrificios a Dioniso en Áulide antes de navegar, pero se pierden en el mar. Desembarcan en Misia, que congunden con Troya. En el combate de griegos y misios, Télefo, hijo de Heracles y rey de Misia, mata al tebano Tersandro, hijo de Polinices (en En. II 261 sobrevive y es uno de los guerreros del caballo de madera). Télefo, quien había olvidado hacer sacrificios a Dioniso, tropieza con una vid y es herido en un muslo por la lanza de Aquiles (Apd. Ep. III 17).

Pasan los años y la herida de Télefo no cura. El oráculo de Apolo señala que solo curará con aquello que causó el daño, la lanza de Aquiles. Télefo se presenta como suplicante ante Agamenón y amenaza con matar a su hijo Orestes si los griegos no le ayudan. Aquiles, por orden de Agamenón raspa un poco de óxido de su lanza y se lo aplica en la herida. Télefo agradecido se compromete a guiar a los griegos hacia Troya, pero se niega a unirse a la expedición porque su esposa Laódice es hija de Príamo (Hig. Fab. 101; Plinio H.N. XXV 19).

Ifigenia en Áulis:

Agamenón mata a un ciervo consagrado a Artemisa y además provocó la ira de la diosa con palabras irreverentes. La diosa castiga a los griegos con una calma perfecta en la mar que no permite salir a los barcos del puerto. Los profetas declaran que la ira de la diosa no se podía calmar a menos que Ifigeneia, la hija de Agamenón, se la ofreciera como sacrificio expiatorio. Diomedes y Odiseo son enviados a buscarla al campamento con el pretexto de ser casada con Aquiles. En el momento en que iba a ser sacrificada, Ártemis conmovida salva a Ifigenia transportándola a Tauris, y otra víctima es sustituida en su lugar (Hig. Fab. 98; Eurip., Ifig. Aul. 90, Ifig. Taur. 15; Sofocl. Elect. 565; Pind. Pít. XI 35; Ov. Met. XII 31; Dict. Cret. I. 19 ; Lic. 183; Ant. Lib. 27). Después de esto la mar calma cesó, y el ejército pudo partir a la costa de Troya. Solo Agamenón tenía una flota de cien naves, además de las sesenta que había prestado a los Arcadios (Il. II 576, 612).

Clitemnestra nunca perdonará la pérdida de su hija, y muchos años después, muerto su esposo, recordará el crimen que justificaba el suyo.

Años más tarde, Ifigenia convertida en sacerdotisa de Artemisa en Tauris, salvará la vida de su hermano Orestes. Ifigenia, de quien también se dice que no era la hija de Agamenón y Clitemnestra, sino de Teseo y Helena, pues se afirma que, cuando los Dioscuros devolvieron a Esparta a Helena, llevaron a Ifigenia y se la dieron a Clitemnestra para que la criara como hija de ésta.

Ténedos:

Los griegos parten de Áulide y llegan a Ténedos, donde reina Tenes, que se decía hijo de Cicno aunque en realidad lo era Apolo. Tetis había advertido a Aquiles que no matara a ningún hijo de Apolo porque si lo hacía moriría a manos del dios. Cuando Aquiles perseguía a Hemitea la hermana de Tenes, éste acude a defenderla y lo mata sin saber quien era (Plut. Cuest Gr. 28). Aquiles también mata a Cicno, hijo de Poseidón y Cálice, golpeándole en la cabeza que era su única parte vulnerable. Hemitea desaparece tragada por la tierra (Lic. 240).

Filoctetes:

Los griegos realizan un sacrificio propiciatorio a Apolo. Una serpiente avanza desde el altar y muerde a Filoctetes.  Como la herida es incurable y la úlcera desprende un hedor pestilente, Agamenón ordena por consejo de Odiseo, el abandono de Filoctetes en Lemnos. Filoctetes sobrevive cazando aves con el arco de Heracles (Apd. Ep. III 27).

La Iliada:

Criseida:

En el décimo año de la Guerra de Troya, Agamenón captura a Criseda, hija de Crises, sacerdote de Apolo, y tenía la intención de retener a la joven como premio, llevarla a su casa y convertirla en esclava y concubina. Su verdadero nombre es Astínome, natural de la ciudad de Crisa en Tróade. Criseida es raptada durante la expedición de los griegos contra la ciudad de Tebas Hipoplaco en Misia, donde se encontraba en casa de Ifínoe, hermana del rey Eetión. Crises, un padre amoroso si se compara con el rey, acude a ver a Agamenón y, después de haber bendecido a todo el ejército, ofrece un generoso rescate por la libertad de su hija. Las tropas aplauden al sacerdote, pero Agamenón no es un hombre inclinado a permitir que se contradiga su voluntad. De modo que rechaza los ruegos de Crises y, en una arrogante exhibición de autoridad, amenaza al anciano, quien abandona el campamento aqueo humillado.

Crises reza a Apolo y suplica al dios que los aqueos paguen con sus flechas doradas tantas lágrimas como derramó. Apolo, escucha su oración y venga el ultraje que sufrido por su sacerdote. Desciende del Olimpo, dejando que sus flechas caigan sobre el campamento aqueo, lo que significa que una epidemia se extendió en el ejército, llevándose muchas vidas.

Briseida.

Como la plaga estaba fuera de control, se convocó una asamblea, durante la cual el vidente Calcas declaró que la razón de la peste se encontraba en la ira de Apolo, a su vez causada por los insultos de Agamenón. Estas fueron malas noticias para el rey, quien primero llamó a Calcas profeta del mal. Sin embargo, aceptó renunciar a su hermoso botín, siempre que se encontrara un premio nuevo para reemplazar a Criseida y si no se podía encontrar, tomaría el botín de otro.

Aquiles llama a su rey intrigante desvergonzado, y lo acusa de tomar siempre la parte del león y usar a los demás para acumular riquezas y lujos por sí mismo. Agamenón responde que, de la misma manera en que Apolo le priva de la rubia Criseida, ahora él llevaría de la tienda de Aquiles a la morena Briseida y de esta manera, darle una lección.

Agamenón renuncia a Criseida y toma a Briseida. Por ello, el mejor de sus guerreros alimentará una ira que lo mantendrá alejado del campo de batalla y causará al ejército aqueo tantas pérdidas como la plaga de Apolo.

Cuando Agamenón devuelve a Criseida a su padre, la joven está embarazada. Criseida da a luz a una hija llamada Ifigenia y un hijo llamado Crises como su abuelo, que algunos dicen que era hijo de Apolo, pero otros de Agamenón. Crises, como hijo de Agamenón, salva las vidas de Orestes e Ifigenia en Tauris a causa de sus lazos familiares, ya que todos eran hijos de Agamenón.
 
Zeus envía un sueño a Agamenón para persuadirlo de guiar a los griegos a la batalla contra los troyanos (Il. II 8). El rey, para probar a los griegos, les ordena regresar a casa, pero su valor es revivido por Odiseo, quien los persuade para que se prepararan para la batalla (Il. II 55). 

Cólera de Aquiles:

Aquiles considera matar a Agamenón, que acaba de llevar a Briseis, para él. Aquiles reflexiona, Atenea viene del cielo y, invisible para los demás, lo agarra por el pelo y detiene su enojo.

El conflicto con Aquiles enemista a Agamenón con el Olimpo porque el primero es el hijo de una diosa, Tetis, quien consigue de Zeus la promesa de castigar a Agamenón y los aqueos por la injusticia que su hijo había sufrido, dejándolos a punto de ser derrotados por los troyanos. Agamenón también es engañado por Zeus, quien le envia sueños falsos con el mensaje de que la victoria estaba cerca y que debería prepararse para atacar.

Después de un combate singular entre París y Menelao, se produce una batalla en la que Agamenón mata a varios de los troyanos. Cuando Héctor desafía al más valiente de los griegos, Agamenón se ofrece a luchar con él, pero en su lugar Ájax es elegido por sorteo. Poco después, se produjo otra batalla, en la que los griegos son vencidos (Il. VIII). Agamenón en su desaliento aconseja a los griegos regresar a casa (Il. IX 10). Pero se oponen el resto de los otros héroes.

Reconciliación de Agamenón y Aquiles:

Agamenón trata de apaciguar la ira de Aquiles para que volviera a pelear, ofreciéndole los siete trípodes, las siete mujeres, las siete ciudades de Pilos (Cardámila, Enope, la herbosa Hira, la divina Feras, Antea, la de los hermosos prados, la linda Epea y Pédaso, en viñas abundante) con sus rentas, una de sus hijas con su dote (Crisótemis, Laódice o Ifianasa) y otros regalos que incluían a Briseida, que Agamenón jura que no había tocado. Aquiles considera estos regalos odiosos, porque Agamenón le había hecho lo que Paris le había hecho a su hermano Menelao, y era precisamente este tipo de insulto que los aqueos habían venido a vengar (Ilíada IX 340).

El intento de conciliar a Aquiles fracasa. Agamenón reune a los jefes en la noche para deliberar sobre las medidas que se adoptarán (Il. X 1). Odiseo y Diomedes son enviados como espías, y al día siguiente se renueva la lucha contra los troyanos. El mismo Agamenón es uno de los más valientes y mata a muchos enemigos. Al fin, es herido por Coón, el hijo mayor de Anténor, y obligado a retirarse a su tienda (Il. XI 250). Este combate aparece representado en la cuarta zona del cofre de cipselo (Paus. V,17,5).

Héctor ahora avanza imparable, y Agamenón nuevamente pide a los griegos que abandonen la empresa (Il. XIV 75). Odiseo y Diomedes nuevamente se resisten, y este último le impune regresar a la batalla que estaba acercándose a los barcos.

Poseidón se aparece a Agamenón en la figura de un hombre anciano, y lo inspira con un nuevo coraje (Il. XIV 125). El peligro apremiante de los griegos induce a Patroclo, el mejor amigo de Aquiles, a tomar parte en la batalla. Su caída ante Héctor despierta a Aquiles a retomar las armas y a su reconciliación con Agamenón.

Aquiles llama a una asamblea de todos los reyes, y en ella declara que su ira ha desaparecido, incluso dijo que deseaba que Briseida fuera abatida por Ártemis el día que la eligió cuando saqueó Lirneso, ciudad al este de Monte Ida, porque, debido a su negativa a luchar, Patroclo, a quien amaba mucho más que Briseis, había sido asesinado por Hector.

Al escuchar esto, Agamenón declara que había sido un error robar a la esclava de Aquiles, pero no tenía la culpa, porque seguramente era Ate quien había cegado su juicio, y todos saben que ella es capaz de engañar al mismísimo Zeus. Está dispuesto a reparar y pagar una compensación, refiriéndose nuevamente a los siete trípodes, las siete mujeres, las siete ciudades y todos los demás regalos anteriormente ofrecidos.

En los juegos fúnebres de Patroclo, Agamenón gana el primer premio en lanzamiento la lanza (Il. XXIII 890). 

Regreso de Troya:

Aquiles nunca recibirá los regalos de Agamenón, porque, poco después de que matara a Hector, él mismo fue herido de muerte por París, quien a su vez fue asesinado por la flecha que el retornado Filoctetes lanzó contra él.

En el décimo año de la guerra, el arco y las flechas de Heracles  están luchando en el lado aqueo, Neoptólemo, hijo de aquiles había llegado, y todas las demás condiciones para la toma de la ciudad se habían cumplido. Así, se concibió la estrategia del caballo de madera preñado de soldados griegos, y Troya fue saqueada .

Caída Troya, Agamenón recibió a Casandra, la hija de Príamo, como botín de guerra (Od. XI 421; Dict. Cret. V. 13), por quien, (según Pausanias II 16.5) , tuvo dos hijos, Telédamo y Pélope, como su bisabuelo.

Muerte de Agamenón:

Al regresar a su hogar, las tormentas lo desvían dos veces de su curso, pero al final desembarcó en Argolis, en el dominio de su primo Egisto, que había seducido a su esposa Clitemnestra durante la ausencia de su esposo.

El dios Hermes había advertido a egisto que no tramara nada contra la vida de Agamenón ni corteje a su esposa (Od. I 35). Agamenón además había ordenado a un bardo que vigilara a su primo, pero Egisto lo abandona en una isla desierta (Od. III 263). Egisto pone un vigía en la costa y le promete dos talentos si avisa de la llegada del rey. Cuando Agamenón desembarca, prepara una emboscada con 20 hombres (Od. IV 513) e invita a Agamenón a su llegada a un banquete, permaneciendo Clitemnestra oculta, y lo asesina a él y a sus compañeros durante la fiesta en un momento en que lo lleva a un granero apartado, como se haría con un buey (Dictis III 263 según Píndaro Pít. XI 48, el asesinato de Agamenón tuvo lugar en Amiclas, en Laconia ) o es asesinado por Clitemnestra, permaneciendo escondido Egisto, mientras toma un baño, arrojandole una red para que no pudiera defenderse (Esq., Agamenón 1492). Después de la muerte de Agamenón y Cassandra, sus dos hijos fueron asesinados en su tumba por Egisto (Paus. II 16.5).

Odiseo encuentra con la sombra de Agamenón en el mundo inferior (Od. XI 387, XXIV 20). Menelao erige un monumento en honor de su hermano en el río Egipto (Od. IV 584).

Sarcófago de la Orestíada de Husillos, s. II d.C. M.A.N., Madrid

Orestes:

Orestes rescatado

Después del asesinato, Egisto se convierte en rey, pero temiendo al descendiente de Agamenón, planea matar al hijo del rey muerto, Orestes, que todavía era un niño. El pequeño príncipe es ocultado fuera del reino por su hermana Electra (Sóf. Elec. 11;  Apd. Ep. 6.24; Hig. Fab. 117), por su cuidadora Arsínoe o Laodamía (Pind. Pít. XI 16), por el heraldo Taltibio (Dictis 6.1) o por un antiguo esclavo que había sido tutor de Agamenón por orden de su madre (Esq. Ag. 877).

Orestes se refugia en Fócida (la región que bordea el golfo de Corinto al oeste de Beocia) en casa del rey Estrófio, hijo de Criso, hijo de Foco, hijo de Éaco y Nereida Psamate. Estrofio estaba casado a Anaxibia (también llamada Astíoque), hermana de Agamenón, y tuvo con ella un hijo, Pílades, que es criado junto con Orestes y se convierte en su amigo más leal, posteriormente se casará con la hermana de Orestes, Electra.

Orestes convertido en un adulto, acude a Delfos y le pregunta al oráculo si debía vengar la muerte de su padre. El oráculo de Apolo ordena que debía hacerlo, por lo cual parte en secreto hacia Micenas junto con Pílades.

Electra:

I. Versión de Eurípides:

Electra se queda en casa, y aunque tiene muchos pretendientes, Egisto le impide casarse con un príncipe, por temor a que su hijo vengara la muerte de Agamenón. Más tarde, como Egisto también temía que ella podría tener un hijo en secreto con un hombre de sangre noble, planea poner fin a sus tribulaciones matándola. Clitemnestra, quien temía el odio que semejante acto provocaría, concibe la idea de casar a Electra con un hombre insignificante. Así nadie podría exigir vieja deuda de sangre por la muerte de Agamenón. El amor de Clitemnestra es para sus amante Egisto, no para su hija Electra.

Un campesino micénico se casó con Electra, conociendo los detalles del caso y su propia posición, ni se acercó a su cama, y ​​en cambio se compadeció por el destino de Electra y su hermano Orestes, tratándola siempre con amistoso afecto. Electra espera que Orestes regrese y castigue a los asesinos de Agamenón, liberándola de una vida miserable. Resulta doloroso para una princesa vestirse con ropas sencillas tejidas por su propia mano, abstenerse de fiestas y bailes, o ver su palacio real reemplazado por una casa de campo.

Orestes y Pílades llegan al lugar donde Electra vivía con el campesino fuera de la ciudad, sin ser reconocidos, descubren su triste vida. Como no había nada en la casa para ofrecer a los visitantes, Electra pide a su marido traer al viejo esclavo, el tutor de Agamenón, que una vez le había salvado la vida a Orestes. Este anciano reconoce a Orestes por una cicatriz en la frente (la anciana Euriclea reconoce a Ulises por una cicatriz en su muslo) y le anima a recuperar su reino, matando a su propia madre y a Egisto. Electra reclama para sí misma el derecho a matar a su propia madre.

Orestes y Pílades llevaron a cabo el plan, matando a Egisto mientras sacrificaba a las nínfas. La guardia real, que estaba allí para proteger a Egisto, reconociendo al hijo de Agamenón, no interviene, sino que aplaude al asesino del usurpador.

Clitemnestra, a quien el anciano tutor había dicho que Electra había dado a luz a un niño, marcha a verla, y mientras se encontraba con su hija en la casa de campo (donde no tuviera guardias que pudieran defenderla), Orestes la mata, cubriéndose los ojos con la capa para no ver cómo clava la espada en la garganta de su madre. Clitemnestra abre su vestido, empujando su pecho para que Orestes pudiera ver claramente que estaba a punto de apuñalar el cuerpo que le había dado a luz.

II. Versión de Sófocles:

Electra y su hermana Crisótemis continuaron viviendo en la casa de sus padres en Micenas, ahora gobernada por Egisto, durante el tiempo en que Orestes estaba exiliado en Fócida. Electra, afirman, nunca dejó de llorar a su padre, comparándose con Niobe que sepultó en piedra llora eternamente y esperaba, sin tener hijos o marido propio, el regreso de su hermano Orestes. Crisótemis, temiendo a Egisto y los castigos que tenía reservados para aquellos que no estaban dispuestos a dejar de quejarse, pensó que era más sabio, cuando falta fuerza, para reprimir su ira y obedecer al dueño de la casa.

El pedagogo de Orestes es enviado al palacio para decirle a Clitemnestra que su hijo Orestes, que una vez había prometido vengar la muerte de su padre, había caído de un carro en el transcurso de un concurso durante un festival en Delfos, y que sus cenizas pronto serían traídas por algunos hombres de Fócida.

Disfrazados entonces como mensajeros de Fócide, Orestes y Pílades entran al palacio llevando la urna con las cenizas. Habiendo reconocido a Electra, buscan a Clitemnestra y Orestes la mata.

Egisto llega desde la ciudad al palacio ansioso por encontrarse con los mensajeros focenses, quienes de pie junto al cuerpo cubierto de Clitemnestra, invitan a Egisto a levantar el velo que supuestamente cubría el cadáver de Orestes. Cuando Egisto descubre a su esposa muerta comprende que estaba atrapado. Orestes lo conduce al lugar del palacio donde Egisto había asesinado a Agamenón, y lo mata en el mismo lugar.

En el tumulto, Pílades mata a algunos hijos de Nauplio, probablemente Éax, que había venido para ayudar a Egisto.

III. Versión de Esquilo (Las coéforos).

Orestes y su hermana Electra se encuentran en la tumba de Agamenón, donde Orestes había ido a consagrar un rizo de su cabello. Electra acude a la tumba de Agamenón, acompañada de las coéforos (doncellas que llevaban las ofrendas destinadas a los muertos) por orden de su madre, para realizar sacrificios que reconforten el alma del asesinado pues había soñado que paría una serpiente que le mordía cuando trataba de darle de mamar. Orestes es reconocido por su hermana (Eurípides utiliza al anciano tutor y Sófocles una sortija).

Orestes se presenta en el palacio como un mensajero fociano que anuncia su propia muerte. Mata primero a Egisto y luego a Clitemnestra. Ella suplica por su vida y hace dudar a Orestes, pero Pílades le recuerda el mandato de Apolo.
Tumba de Clitemnestra. Círculo de tumbas B, Micenas, ca. 1220 a. C.

Orestes:

Orestes, asistido por su hermana Electra y su fiel Pílades, que había cometido el horrible crimen de tomar, además de la vida de su propia madre, la de  Egisto, se postró por el peso de la obra que había realizado. Orestes pasa la mayor parte del tiempo en la cama atormentado por una enfermedad feroz, con ataques de locura y siendo torturado por los Erinias, que convierten el doloroso remordimiento en dueño de corazón y mente.

Una semana después del matricidio, Menelao llega de Troya en el puerto de Nauplia. A su esposa Helena la envía para unirse a su hija Hermione, quien, durante la guerra, había sido educada en el palacio por su tía Clitemnestra (la envía de noche y en secreto sin que el pueblo se entere por ser la responsable de la guerra). Menelao encuentra a Orestes, que no había comido ni se había lavado, destruido por el dolor y la víctima de ataques de locura, durante los cuales parecía ver a las Erinias, persiguiéndolo y azotándolo.

Los argivos consideran castigar al matricida y después de votar, apedrear a muerte a Orestes y a su hermana. Orestes pide ayuda a Menelao, recordándole la ayuda que había recibido de Agamenón cuando Helena fue secuestrada (Eurípides, Orestes 450).

Menelao no está listo para ayudarlo, y simplemente prometió suplicar a los ciudadanos y Tindáreo, padre de Helena y Clitemnestra, por misericordia. Menelao considera que la resistencia era imposible, ya que toda la ciudad era una trampa, con hombres armados por todas partes. Además, no quiere oponerse a Tindáreo, el padre de su esposa y el hombre de quien esperaba heredar el trono espartano..

Durante las deliberaciones de los ciudadanos reunidos, Taltibio, el heraldo de Agamenón, hace un discurso ambiguo, ya que, ese es el trabajo de los heraldos, siempre tratando de agradar al lado ganador. También habló Diomedes, instando a la asamblea a no condenar a muerte a Orestes ni a su hermana, sino a satisfacer la piedad al desterrarlos. Menelao no mostró su rostro, porque, la sucesión al trono espartano era su único pensamiento. La corte completa del pueblo argivo encontró a Orestes y su hermana culpables de matricidio, y votó para condenarlos a muerte, dejándoles la opción de ahorcarse, usar una espada o ser asesinados por alguien designado por los ciudadanos.

Pílades piensa matar a Helena, que estaba en la casa haciendo una lista de todos los objetos de valor, y así castigar a Menelao. Orestes está de acuerdo. Este asesinato, pensaron, le haría muy popular. Helena era  odiada en toda Grecia por todos aquellos que perdieron a un pariente o amigo en la guerra de Troya. Al matarla, el matricidio de Orestes sería olvidado. Electra contribuiría al plan tomando Hermione como rehén y amenazando con matarla si Menelao se atrevía a hacer cualquier movimiento después de la muerte de Helen.

El plan fracasa porque el guardaespaldas lo evita y Helena escapa. Menelao, enterado de que Helena no esta muerta, encuentra a su hija Hermíone con el filo de la espada de Orestes en el cuello. Orestes amenaza con matar a Hermíone e incendiar el palacio a menos que Menelao fuera a la asamblea y convenza a los ciudadanos para que perdonaran sus vidas.

Apolo, descendiendo del cielo, ordena que todos se calmen. Lleva consigo a Helena al cielo para convertirla en diosa y pide a Menelao que busque una nueva esposa, reine en Esparta, y ceda a Orestes el trono de Argos y Micenas (Eurípides, Orestes 1640; pero, después de la Guerra de Troya, Telémaco, el hijo de Odiseo, viaja a Esparta preguntando por su padre, encuentra al rey Menelao y a Helena). Apolo ordena a Orestes que se exilie en Parrasia, en Arcadia, durante un año, y luego acuda a Atenas donde será el juicio por el asesinato de Clitemnestra.

Euménides:

Orestes trata de librarse de la madición, antes de que se celebre el juício de Atenas. Orestes busca la purificación por las aguas de la fuente Hipocrene en Trezen, el lugar donde mació un manantial cuando el caballo Pegaso golpeó el suelo con su casco. En Delfos, el mismísimo Apolo entrega un arco a Orestes para defenderse de las Erinias (Estesicoro 217).

En Orestasión se refugia como suplicante en el templo de Atenea (Fer 3F135). En Megalópolis existe un túmulo donde las Erinias cubiertas de negro acosaron a Orestes que se arrancó un dedo de su mano izquierda de un mordisco para así distraerlas, cambiando su ropa de forma repentina a blanca, y esto permite realizar un sacrificio que aplaque momentaneamente a las Erinias (Paus. VIII 34.1). En Tracia es purificado por nueve hombres en templo de Atenea Likaia donde existía una piedra sagrada que purificaba la mancha del matricidio (Paus. II 31.7) y una piedra similar existía en Gitión de Laconia (Paus. III 22.1). En Cerinia, Orestes dedica un santuario a las Erinias (Paus. VII 25.1).

Después de un año, Orestes llega por fin a Atenas donde es llevado a juicio por las Erinias; por Tindáreo, padre de Clitemnestra (Hig. Fab. 119); o por Erígone, hija de Egisto y Clitemnestra (Apd. Ep. 6.25); o por Perileos, hijo de Icario y el primo de Clitemnestra (Paus. VIII 34.4 porque Tindáreo ya habría muerto).

Los votos del tribunal son iguales, y es por eso que Orestes es absuelto, con la ayuda de Atenea, quien preside el primer tribunal que juzgó un caso de matricidio y desempata el fallo. Para aplacar a las Erinias, los atenienses construyen un lugar de culto en la Acrópolis donde son veneradas bajo la advocación de las Euménides o Benévolas (Esq. Eum.). Erígone, descontenta con el fallo, se suicida ahorcándose (Dictis 6.4, muerte similar a la Erígone hija de Icario).

Ifigenia en Táuris:

Orestes pregunta al oráculo de Delfos cómo librarse de sus trastornos mentales. El oráculo responde que se desharía de ellos si fuera a buscar en un templo de Tauris la estatua de Artemisa.

Tauris es una península en la costa norte del Mar Negro, en el reino de Escitia. En este país la hospitalidad es deshonrada porque los extranjeros son  sistemáticamente asesinados en el templo de Artemisa. Orestes y Pílades, siguiendo el oráculo, se embarcan y llegan a Tauris, donde son capturados y llevados al templo de Artemisa para ser sacrificados.

La sacerdotisa de este templo era Ifigenia, hermana de Orestes, que no había perdido la vida en Aulis, como algunos creían; porque en el último momento, fue salvada por Ártemis, quien la sustituyó por un venado en el altar, y la transportó a Tauris. En este país bárbaro vivió muchos años, realizando los ritos y enviando extraños al altar donde fueron masacrados por otros asistentes. Los hermanos se reconocen y juntos planean robar la estatua de Artemisa.

Ifigenia  es descubierta por el rey Toante que le pregunta por qué la estaba moviendo de su lugar inviolable. Ella responde que hombres impuros, que habían matado a su madre, habían venido al templo. Por esa razón, dijo, ella estaba llevando, junto con los prisioneros, la estatua de Artemisa bajo el cielo puro, para ser purgada de sangre, y luego a la playa para ser limpiada por el agua del mar, que puede lavar limpia toda la suciedad de la humanidad

Habiendo llegado a la playa, donde el barco de Orestes estaba anclado lejos de la vista, engañando a los guardias y los asistentes del templo, escapan con la estatua, que deben llevar a Atenas (aunque algunos han dicho que el barco de Orestes fue conducido una tormenta a Rodas, y que de acuerdo con un oráculo, la estatua fue dedicada allí). Un viento favorecedor, el barco de Orestes fue llevado a la isla de Esmintos donde vivía la familia de Crises, sacerdote de Apolo.

Crises es el mismo sacerdote que en el último año de la Guerra de Troya pidió a los aqueos que liberaran a su hija Criseis, y su solicitud fue negada por la arrogancia de Agamenón. Después, liberaron a la muchacha para aplacar a Apolo, que oyendo las oraciones de Crises, había enviado una plaga que diezmó al ejército de aqueo. La hija del sacerdote estaba embarazada cuando fue liberada, y que más tarde dio a luz a un niño, llamado Crises, que era el hijo de Agamenón.

Cuando Orestes llegó con Ifigenia y Pílades a Esmintos, son capturados por Crises el joven, que decide devolverlos al rey Toante de los taurios. Pero a través de su abuelo Crises el Viejo, descubre que él también era hijo de Agamenón. Crises, uniendo sus fuerzas a las de su medio hermano Orestes, ataca a los taurios y mata a su rey Toante. Orestes regresa a salvo a Micenas, llevando la estatua de Artemisa al templo de Braurón en Atenas.

Ifigenia muere allí como sacerdotisa de la diosa y después de su muerte se le ofrecieron los velos y las prendas más costosas que habían llevado las mujeres muertas de parto (Eurip., Ifig. Taur., 1464; Diod., IV 44; Paus., I, 33). Existe una tumba de Ifigenia en Megara (Pausanias I 43) y otras tradiciones afirma que Ifigenia  no murió sino le habría otorgado la inmortalidad y la eterna juventud, y bajo el nombre de Oreilochia y se convirtió en la esposa de Aquiles en la isla de Leuce. (Anton. Lib. 27). Los Lacedemonios sostienen que la imagen tallada de Artemisa, que Ifigenia y Orestes se habían llevado de Tauris, se conservó en Esparta, y allí se la veneraba en Limnaeon bajo el nombre de Artemis Ortía (Paus., III 16) y se le ofrecían sacrificios humanos hasta que  Licurgo sustituyó estos sacrificios por el azote de los jóvenes (Paus., III 16, 6).

Aletes:

Un mensajero informa a Electra en Micenas diciendo falsamente que Orestes y Pílades habían sido sacrificados en Tauris. Aletes, hijo de Egisto y Clitemnestra, pensando que la familia de los Atridas estaba extinta, toma el poder en Micenas. Electra vuelve a ser el esclava de un usurpador, ahora su medio hermano.

Electra viaja a Delfos para preguntar por la muerte de su hermano. Llega allí el mismo día que Ifigenia y Orestes y, cuando las hermanas se encontraron, el falso mensajero dijo que Ifigenia era la asesina de su hermano. Entonces Electra tomó una tea ardiente del altar, y habría cegado a su hermana Ifigenia si Orestes no hubiera aparecido e intervenido.

Después de este incidente regresaron a Micenas, donde Orestes mata a Aletes (Hig. Fab. 122). También tenía la intención de matar a Erígone, la hermana de Aletes, pero, Artemis la rescata y la convierte en sacerdotisa de Ática. Erígone y Orestes tienen un hijo llamado Pentilo , que fundará una colonia en Lesbos (Paus. III 2,1).

Andrómaca:

Menelao le prometió matrimonio a su hija Hermione dos veces, primero a Orestes, antes de la Guerra de Troya, y luego a Neoptolemo, hijo de Aquiles, cuando estaban en Troya (Od. IV 5). Al finalizar la guerra, Neoptólemo viaja Esparta y exige a Hermione, aunque ya había engendrado hijos Anfíalo y Moloso con su concubina cautiva Andrómaca, anterior esposa de Héctor. Como Orestes en ese momento estaba loco, Menelao decide honrar la promesa que hizo a Neoptólemo, y entrega a Hermíone. Orestes, debilitado a causa de sus trastornos mentales, su exilio y sus problemas familiares, no deseaba en ese momento culpar a Menelao y, en cambio, suplica a Neoptólemo que renunciara a su pretensión de casarse con Hermione. Neoptólemo lo reprende insolentemente, lo acusa como matricida y como víctima de la locura. Orestes, aunque fue despojado de su matrimonio, opta por tomar un tono humilde y esperar.

Tindareo prometió a Hermione en matrimonio a Orestes mientras los aqueos luchaban en Troya (Sóf. Hermíone), y Menelao ignoraba esta circunstancia cuando le prometió a Hermíone a Neoptólemo. Hermione no estaba contenta con este arreglo y tiene que ser arrastrada al palacio de Neoptólemo, que estaba en Epiro.

Neoptólemo convirtió a Hermione en su esposa y reina, manteniendo a Andrómaca como una concubina. Con el paso del tiempo Hermione sin hijos, se puso celosa de Andrómaca, diciendo que por secretos hechizos la concubina convertía a la reina en estéril. Al ver amenazada su propia posición, Hermione conspira contra la vida de Andrómaca durante la ausencia de Neoptólemo. Mientras Neoptólemo está en Delfos, deseando enmendar a Apolo por haber exigido la reparación de la muerte de su padre Aquiles, Menelao llega al palacio de Neoptólemo, decidido, en nombre de su hija, a matar a Andrómaca.

Andrómaca busca protección en el santuario de Tetis, pero Menelao captura al pequeño Moloso y amenaza con cortarle la garganta si se negaba a abandonar el santuario.

Cuando Andrómaca va a abandonar el santuario, llega el abuelo de Neoptólemo, Peleo, y con la protección de los dioses y las tropas, evita que Menelao matara a Andrómaca o le hiciera daño a su hijo.

Menelao abandona el palacio declarando que, como forastero, no tenía la intención de cometer actos violentos, pero promete regresar, ya que tampoco se sometía. Cuando su padre regresó a Esparta, Hermione comienza a temer a Neoptólemo, pensando que la mataría a su regreso por haber conspirado contra Andrómaca y sus hijos, o quizás hacerla una concubina en la casa donde era reina.

Mientras Neoptólemo todavía estaba lejos, Orestes llega para recuperar a Hermione. Hermione vivía con Neoptólemo solo por la promesa rota de Menelao. Cuando se conocieron, Hermíone misma le pidió que se la llevara. Así es como Hermione se convirtió en la esposa de Orestes. Más tarde, Orestes, reuniendo tropas, llegó a Delfos para terminar con la vida del hombre que lo había insultado y robado a su esposa. Primero agitó a los delfinos contra el suplicante, diciendo que Neoptólemo había venido para robar el templo de Apolo, y no como él declaró, en una peregrinación piadosa para ganar el favor del dios. Los delfios se unieron a las tropas de Orestes  y, protegidos por el follaje de los laureles, esperaron fuera del templo con las espadas desenvainadas. Cuando Neoptolemo salió, fue asesinado en la batalla que tuvo lugar. Muchos fueron los que vinieron con sus armas y piedras para golpearlo y atacarlo, abriendo su cuerpo con innumerables heridas. Este fue el último de los crímenes que Orestes se sintió obligado a cometer para recuperar el trono de su padre, su casa y su esposa.

Reinado de Orestes

Extensión del reino.

Quizá el rey Orestes gobernó un territorio más vasto incluso que el de su padre:

Cuando Cilarabes murió sin hijos, dejando vacante el trono de Argos, Orestes lo sucedió, añadiendo así este reino al suyo.

Orestes también sucedió al trono de Esparta, ya que los Lacedemonios consideraron su pretensión al trono anterior a la de Nicostrato y Megapentes, siendo estos hijos de Menelao por una o quizás dos esclavas (Paus. II 18.4).

Orestes también extendió su dominio sobre la mayor parte de Arcadia, y obedeciendo el oráculo de Delfos, movió su capital de Micenas a Arcadia.

La costa de Mesenia siguió gobernada por la línea de Neleo y de Néstor hasta algún tiempo después de la Guerra de Troya; Orestes anexó la región de los Afáridas a su reino y esta parte Mesenia fue gobernada por él y sus descendientes hasta el regreso de los Heráclidas.

Primer ataque de los Heráclidas.

La expedición de Hilo, hijo de Heracles, contra el Peloponeso, se produce durante el reinado de Orestes, y no durante el reinado de su hijo Tisameno. Éste es el primer intento de los Heráclidas de regresar al Peloponeso. Hilo es derrotado en el istmo de Corinto y asesinado por el rey arcadio Équemo (Paus. VIII 5.1).

Alianza con Fócide.

Orestes casó a su hermana Electra con su leal amigo Pílades, que permaneció como un aliado; porque Orestes también tenía, entre sus fuerzas, un contingente de foceos siempre dispuesto a ayudarlo. Esta alianza sobrevivió a los dos amigos, porque el Heráclida Aristodemo, hijo de Aristómaco, hijo de Cleodeo, hijo de Hilo, fue asesinado por Medón y Estrofio, hijos de Pílades y Electra. Aristodemo es el padre de los gemelos Eurístenes y Procles, que están en el origen de las dos casas reales de Esparta, los Agíadas y los Euripóntidas.

Muerte de Orestes.

El oráculo de delfos ordena a Orestes que abandone Micenas y se establezca en Arcadia, donde reina Épito, hijo de Hipótoo (Paus. VIII 5.5). El hombre que mató a su madre, y arriesgó su vida en tantas ocasiones, venció a muchos enemigos, pero fue asesinado por la picadura de una serpiente en Orestión en Arcadia (Apd. Ep. 6.28). Esta ciudad había sido fundada hace mucho por Oresteo, hijo del impío Licaón, y primero se llamó Orestasio después de él, y más tarde Orestión.

Orestes fue enterrado primero en la ciudad de Tegea, en el sureste de Arcadia. Pero más tarde, un espartano robó los huesos y se erigió una nueva tumba en Esparta (Paus. VIII 54.4).

En la segunda guerra arcádica, en tiempos de Anaxandrides y Aristón de Esparta, la Pítia asegura a los espartanos que conquistarían Tegea si consiguen los huesos de Orestes, hijo de Agamenón:

"En un despejado lugar de Arcadia hay una ciudad,Tegea;
allí soplan dos vientos por obra de poderosas fuerzas;
hay golpes y contragolpes, y el mal yace sobre el mal.
Allí cubre al agamenónida la nutricia tierra;
si te lo llevas, dueño serás de Tegea". 


El agatoergo Licas descubrió los restos de Orestes enterrados en la fragua de un herrero, pues los dos fuellles del herrero que tenia eran los vientos; el yunque y el martillo, el golpe y el contragolpe, y la forja del hierro constituía el mal sobre el mal, porque con el hierro se fabrican armas para desgracia
del hombre (Hdt. I 67).

Los descendientes de Orestes:

Tisámeno, hijo de Orestes y Hermíone, es el último Tantálida que reina en Micenas porque muere en batalla contra los Heráclidas (Apd. II 8.3 ) o es expulsado al norte del Peloponeso, donde muere en batalla contra los Jonios durante el sitio de Hélice (Paus. VII 1.3). Los aqueos de Tisámeno logran conquistar la región y la denominan Acaya. Cometes, el hijo mayor, sucede a su padre y funda una colonia en Asia Menor. Otros hijos de Tisámeno son Daimenes, Espartón, Telis y Leontómenes.

Péntilo, hijo de Orestes y Erígone, funda una colonia en Lesbos (Paus. III 2.1). Gras, hijo de Equelao y nieto de Péntilo, con ayuda de los espartanos, conquista la tierra entre Jonia y Misia, llamada Eólide, porque Eolo es el antepasado común de los Heráclidas, (a través de Deyanira, hija de Eneo) y de los Tindáridas (a través de Leda, hija de Testio y esposa de Tindáreo).