Tebaida


1. Eteocles y Polinices.

La maldición. 

Edipo se ha arrancado los ojos y se ha retirado al Mt. Citerón como castigo autoimpuesto por haber matado a su padre Layo. Casado con su propia madre Yocasta tras resolver el enigma de Esfinge, ha tenido dos hijos varones que lo han apartado del reino. El anciano rey sale de Tebas después de ser consultado el oráculo, bien por propia voluntad (Sóf. Edipo Rey 1436-1437 y en Séneca Edipo 1051-1053) o porque los hijos lo expulsaron (Edipo en Colono 427-430, 440-444). Se encuentra en Tebas en el momento de la guerra de los hermanos (Hes.161; Tebaida cíclica; Ateneo Banquete XI, 465). 
 
Edipo maldice a sus hijos por no haber evitado su destierro (Ateneo Banquete de eruditos XI, 456; Esquilo, Siete contra Tebas 70, 709, 723-725, 785-790; Sófocles, Edipo en Colono 421). Maldice a sus hijos una segunda vez al enterarse que desean su vuelta por egoísmo (Sófocles, Edipo en Colono 1372). Por tercera vez cuando sobre una mesa de plata y ante la copa de oro de Layo, sus hijos le ofrecen comida de la cadera (Od. IX, 1684) en lugar de la escápula. Edipo es obligado a permanecer prisionero en Tebas (Eur. Fenicias 63; Diod. IV 65.1).

Edipo invoca a Tesífonte, la furia que habita el Infierno, para que siembre la discordia entre los hermanos.  Para evitar la maldición, los hermanos deciden reinar en años alternos (Hig. Fab. 67),  primero le toca a Eteocles. Los hermanos acuerdan que cada año reine uno y que el que no lo haga salga desterrado (Tebaida 138-139). Polinices sufre destierro por ser el menor (Eurípides, Fenicias 69-76; 167, 318-319, 474-483;  Diodoro Sículo IV, 65, 1; aunque Sófocles indica que Polinices es el mayor  en Edipo en Colono 365 y en  1422, reina el primero y cede su corona según lo acordado y Eteocles incumple el pacto después de su año de reinado).

Concilio de los dioses. Júpiter quiere castigar a Tebas y a Argos. Manda a Hermes-Mercurio ir al infierno en busca del alma del rey Layo para que convenza a Eteocles que, pasado su año, no ceda su reino a Polinices.

El jabalí y el león:

A las puertas del palacio de Adrasto en Larisa (ciudadela de Argos) llegan una noche de tormenta dos príncipes extranjeros desconocidos. Se trata de Polinices de Tebas desterrado por su hermano Eteocles  y Tideo de Calidón (Homero Ilíada XIV, 119-120), otro desterrado (Ovidio Pónticas 1, 3, 79 y Fastos 1, 491) que ha sido expulsado de su patria por Agrio (Ferecides, escolios a Ilíada XIV, 120; Apolodoro I, 8, 5) por la muerte de Alcátoo y los hijos de Melas (Apd. I, 8.5). Los dos exiliados comienzan una discusión por el lugar donde refugiarse. Ambos quieren hacer valer sus derechos como príncipes y descendientes de dioses.  

Polinices es más joven y más alto, pero Tideo es más fuerte. Polinices desciende del dios Ares a través de su tatarabuela Harmonía.

Tideo es hijo del rey Eneo o de Ares  y de Peribea. Hiponoo vencido por el rey Eneo de Calidón envía a su hija Peribea como botín de guerra cuando ya estaba embarazada del dios Ares (Diod. IV 35). 

Los jóvenes son llevados a presencia del anciano rey Adrasto, que desciende Zeus por parte de madre y de padre. Adrasto  tiene dos hijas que en cumplimiento del oráculo de Apolo debe casar con un león y un jabalí. Adrasto reconoce en los exiliados a sus yernos, bien por las pieles que llevan (Apd. III, 6.1) o por las figuras de sus escudos (Hig. Fab. 69: la esfinge de Polinices y el jabalí de Tideo, emblemas de sus casas reales). Polinices cubre su espalda con la piel del León de Nemea y Tideo con la del jabalí de Calidón (Tebaida).   

En el lujoso palacio de Adrasto se celebra un banquete y sacrificios en honor del dios Apolo. Adrasto predice que entre ellos surgiría una amistad tanto más firme como profundas habían sido las heridas.


Adrasto, hijo de Tálao y Lisianasa (Paus. II 6,3) o Eurínome (Fab.69), desciende de Zeus tanto por vía materna como paterna (Estacio Teb. I, 392 del mayor de los dioses descendía de ambas partes su sangre esclarecida).

Lino y Corebo. 

Adrasto relata origen del culto a Apolo en Argos. Después de vencer a la serpiente Pitón en Delfos, Apolo se refugia en casa del rey Crotopo de Argos. Su hija Psámate seducida por Apolo tiene un hijo llamado Lino. El niño es entregado a unos campesinos - Adrasto lamenta que su cuna fuera el césped y la compartiera con el ganado-.  Psámate confiesa a su padre su relación con Apolo. Crotopo condena a su hija a muerte. En venganza, Febo envía a Argos a la monstruosa Lamia (Mit. Vat. I 168) para que devore a los niños a mordiscos por la noche mientras duermen. 

Corebo y unos jóvenes de Argos se enfrentan al monstruo y Corebo le da muerte con su espada. Apolo lanza flechas que provocan la muerte  e incendia los campos. El oráculo de Apolo exige que se entregue a los asesinos de Lamia. Corebo se presenta en el templo de Apolo en Cirra y se ofrece a ser castigado a cambio de retirar la peste. Apolo concede a  Corebo “el triste honor de la vida”, debe llevar un trípode y construir un templo en donde le caiga. Esto ocurre en Megáride (Paus. I, 43, 7-8). En Argos se realizan sacrificios a Apolo cada año en los cuales se matan a los perros (Eliano H.N. XII, 34) y existen unos juegos dedicados a Apolo (Hig. 273).

Adrasto termina su relato y pregunta a los jóvenes quienes son. Polinices quiere ocultar su identidad pero Fama ha llevado a Argos las noticias de los acontecimientos de Tebas.


2. Las bodas de Polinices y Tideo


El fantasma de Layo. 

Mercurio guía el alma de Layo por el Tártaro. Cerbero sale al paso y Mercurio lo duerme con su vara. Salen a la luz en el Mt. Ténaro de Laconia. Llegan al palacio de Eteocles en Tebas. Layo reconoce su carro por las manchas de sangre.  Los tebanos duermen después de celebrar una fiesta que conmemora el nacimiento de Baco. Layo aparece en sueños a Eteocles con la forma del adivino Tiresias. Advierte a su nieto de que Polinices prepara un ejército para atacar Tebas con la ayuda de su suegro Adrasto y de Tideo. La sombra desaparece pero antes toma la forma auténtica de Layo con la herida en el cuello y mancha de sangre el lecho de Eteocles (idéntico a la sombra de Tántalo en Micenas. Séneca, Tiestes 1-120).

Boda de las hijas de Adrasto.   

El rey de Argos pasa la noche en vela. Sus hijas están reservadas para los príncipes extranjeros de acuerdo con la profecía de Apolo. Adrasto ofrece la mano de sus hijas a los huéspedes (Teb. II, 158-172) prometiéndoles ayuda para reconquistar sus respectivos reinos (Baquílides VIII, 18-20; Apolodoro  III, 6, 1; Eurípides Suplicantes 132 y Fenicias 427; Diodoro Sículo IV, 65, 3). Polinices se compromete con Argía y Tideo con Deípile. Tideo elogia a Adrasto que estableció los juegos de Apolo en Sición (Nemeas IX, Píndaro). Adrasto promete ayuda a Polinices para recuperar su trono (Apd. III, 6.1; Hig. Fab. 69).

Las doncellas prometidas van al templo de Minerva de Larisa para ofrecer su cabello. Argía se adorna con el collar de Harmonía. Un escudo de bronce (despojo de Evipo) se desprende de la pared y se oye una trompeta.  Estos prodigios funestos son provocados por la maldición que pesa sobre el collar de Harmonía. Fabricado por Hefesto (es una venganza por el adulterio de Ares y Afrodita) con piedras preciosas, ojos de Gorgonas, cenizas del Etna, lágrimas de las Hespérides y veneno de la serpiente de la cabeza de Tisífone, cubierto de espuma lunar y bendecido por Cólera, Resentimiento y Discordia. El collar llevó la desgracia a sus propietarias: Harmonía convertida en serpiente (Ovidio Met. IV 573) Sémele destruida por el poder de Zeus (Ov. Met. III 273). Yocasta casada con su hijo, Ino obligada a huir de Atamante (Mit. Vat. II) y ahora pertenece a Argía. Erífile la esposa de Anfiarao, desea el collar de su sobrina.

Embajada de Tideo.  

Polinices recuerda la expulsión de su patria. Solo su hermana Antígona habría querido acompañarle al exilio. Argía le previene de regresar a Tebas. Tideo se presenta voluntario como embajador (en  lliada IV, 384-390; V, 801-808; X, 285-290 y  Apolodoro III, 6, la embajada tiene lugar cuando los argivos están en las proximidades de Tebas).
Tideo llega a Tebas portando una rama de olivo. Acusa a Eteocles de no cumplir lo pactado una vez que el año ha expirado. Eteocles acusa a Tideo de no venir pacíficamente (el ejército de Argos se ha puesto en camino). Aconseja a su hermano reinar en Argos rodeado de riquezas mientras él lo hace en la humilde Tebas donde sus hermanas trabajan el huso, su madre se marchita por el dolor (Yocasta se suicida en Od. XI271) y su padre lanza gritos desde sus tinieblas.

Tideo reta a los tebanos  en unas competiciones deportivas (Apd. III 6.5) y sale vencedor en todas (Il.IV 384; V 801 y X 285).

Eteocles manda a 50 guerreros que embosquen a Tideo en un desfiladero angosto. Tideo descubre el brillo de sus armaduras a la luz de la luna (como Volscente a Niso y Euríalo en En. IX 527). Ctonio le lanza un dardo. Tideo sube a un montículo y arroja una roca. Tideo ataca a los soldados: Theron (descendiente de Marte), Fédimo (de Penteo), Cromis (de Cadmo), los Tespíades... Cromis anima a sus compañeros porque solo luchan contra un hombre pero muere antes de terminar de hablar. Menetes suplica clemencia. Tideo permite a Meón Hemónida regresar a Tebas para anunciar su derrota. Tideo levanta un trofeo en honor de Minerva en una encina donde cuelga los despojos y promete un templo cuando regrese a su patria.


3. Predicciones de Anfiarao:



Meón regresa a Tebas. Eteocles no puede dormir preocupado por los soldados que envió a la emboscada. Lamenta no haber matado a Tideo en su palacio. El temblor del Mt. Citerón anuncia la llegada de Meón, único superviviente de la matanza. Meón acusa a su rey de comenzar una guerra contra los presagios. Meón se suicida clavándose una espada en su costado. Eteocles le niega pira y sepulcro. 

El oráculo de Apolo calla en señal de luto (como ocurrirá a la muerte de Anfiarao) y las fieras y las aves de rapiña respetan su cuerpo insepulto (como ocurrirá con el cuerpo de Polinices).

Los tebanos corren a las rocas a buscar a sus familiares muertos. Se levanta una pira común. El anciano Aletes compara la tragedia con la muerte de los hijos de Niobe (Il. XXIV 602).

Dialogo de Venus y Marte. 

Júpiter llama a Marte que regresa de la lucha entre Bistones y Getas. Pide que induzca la cólera entre  los argivos. Venus le reprocha que apoye una guerra contra sus descendientes. Recuerda a Harmonía nacida del incesto de Marte y Venus (Od.266). El adulterio, descubierto por Helios y trasmitido a Hefesto que prepara una trampa con cadenas que atan a los amantes a la cama. Los dioses acuden a a reírse de ellos, excepto Poseidón que pide a Hefesto que los libere. Marte tranquiliza a Venus. Sino puede contradecir a Zeus, cuando empiecen los combates ayudará a los tebanos.

Tideo regresa a Argos. 

Tideo recorre los campos dánaos y la pendiente de Prosimma. Por el camino levanta ciudades contra Etéocles. Marte incita a los pueblos a creer en todo. Fama multiplica los pavores.

Tideo se presenta en el palacio de Adrasto pidiendo la guerra. El adivino Idmón cura sus heridas. Marte agita al pueblo con ayuda de Furor, Ira y Pavor.

Profecía de Anfiarao. 

Adrasto tarda 7 días en declarar la guerra. Pide a Anfiarao que consulte a los dioses como hacía Melampo. Anfiarao asciende a la cumbre del Mt. Afesante y dirige plegarias a Júpiter para interpretar el vuelo de los pájaros. Los auspicios son adversos pues no aparecen las aves deseadas (cuervo de Apolo, águila de júpiter, el mochuelo de Atenea) sino aves de rapiña, el vampiro y el búho. Anfiarao rechaza estos vaticinios porque pueden ser variables o incompletos. Aparecen unos cisnes que representan las murallas de Tebas. Sobre ellos se lanzan siete águilas que son los siete líderes argivos que caerán en la lucha: Capaneo por el rayo de Júpiter, Partenopeo en inferioridad de fuerzas, Polinices contra Eteocles, Adrasto huirá, Hipomedonte en una lluvia de flechas, Tideo a punto de morir devora la cabeza de su enemigo y Anfiarao también reconoce su caída.

Anfiarao se arranca las bandas de adivino y se oculta en su casa por doce días. Se niega a contar los auspicios. No convencen a Anfiarao las razones de  Tideo (Esquilo, Siete 377-383, 570-575; Eurípides, Suplicantes 157-160) ni las bravatas de Capaneo que no cree en oráculos sino en el valor de su espada, ni tampoco las súplicas de Polinices (Pausanias IX, 15, 12 e Higino Fáb. 69). Es Argía con su hijo Tersandro en brazos quien no pudiendo soportar la tristeza de Polinices pide tal favor a su padre Adrasto (706-707).

4. La expedición de Anfiarao.

Han pasado tres años desde la llegada de Polinices a Argos (Fenicias, Séneca). Los argivos han formado un ejército al mando de siete generales:

Adrasto. Rey biántida de Argos, hijo de Tálao. Combate con espada. Lleva a su caballo Arión enganchado a su carro. Su ejército aliado de Larisa, Midea, Neris y Sición. En su escudo aparecen 100 serpientes que salen de la cabeza de la hidra de Lerna y en sus bocas los hijos de los cadmeos.
Polinices. Dirige un ejército de Egión, Arene y Trezén, al que se han unido algunos tebanos voluntarios de su causa. Lleva sobre sus hombros la piel del león de Teumeso. Su espada se adorna con una Esfinge y porta una jabalina de dos puntas. En su escudo (Eur. Siete, 642) se representa a la Justicia de la mano de un guerrero o bien (Eur. Fen. 1124) las yeguas de Glauco de Potnias.

Tideo. Recuperado de sus heridas, dirige un ejército de Calidón con armaduras de malla de bronce. En su escudo aparece el cielo y la luna con estrellas (Esq. Siete contra Tebas) o una piel de león (Eur).

Hipomedonte. Hijo de Aristómaco el hijo de Tálao (Apd. III, 6.3); de Tálao y Lisímaca (Sóf.); o de Mnesímaco y Metídice hermana de Adrasto (Hig. Fáb. LXX). Dirige a los guerreros del Peloponeso: Acaya (Dime), Mesenia (Pilos). El joven Néstor de Pilos rechaza unirse a la expedición porque sabe que está condenada al fracaso. En su escudo de gran tamaño aparecen las Danaides (Estacio), Tifón (Siete) o Argos Panoptes (Fenicias).

Capaneo. Hijo de Hipónoo y Astínome (hija de Tálao) o de Laódice/Metódice (hija del rey prétida Ifis). Marcha a pie debido a su descomunal tamaño.  En su escudo aparece un Hidra (Estacio), un hombre con una antorcha (Esquilo) o un gigante sosteniendo una ciudad (Eur. Fenicias).

Anfiarao.  Obligado a participar por su esposa Erífile (Diod. IV 65.5) y Atropo (Apd. III, 6.3). Adrasto se había refugiado en Sición en casa de su abuelo materno Pólibo porque Anfiarao mató Tálao el padre de Adrasto. En la reconciliación entre los dos príncipes de Argos, ambos aceptan que Erífile, hermana de Adrasto y esposa de Anfiarao sea  árbitro de sus reyertas. Polinices, aconsejado por Ifis, hijo de Aléctor, soborna a Erífile con el collar de Argía que perteneciera a Harmonía (Hig. Fab. 73; es otro collar y se lo entrega Adrasto a Etrífile, el collar de Harmonía se encuentra en Chipre, Paus. IX, 41.2). Anfiarao lleva las bandas y el ramo de olivo en el casco que lo señala como sacerdote. En su escudo se representa la serpiente Pitón.

Partenopeo. Conduce un ejército de Arcadios. Acude sin el conocimiento de su madre Atlanta. La identidad de su padre es desconocida: Tálao (Apd. I, 9,13), Meleagro (Hig. Fab. 70), Ares (Apd. III 9,2), Hipomenes.  El más bello de los príncipes.  En su escudo aparece el jabalí de Calidón (Estacio) o la Esfinge (Siete).

(Apd. añade a Eteoclo, hijo de Ifis y Mecisteo, hijo de Tálao).

Micenas no participa. El reino de Micenas no participa en la guerra de Tebas porque se haya envuelta en la guerra fratricida entre Atreo y Tiestes. Tideo y Polinices viajan a Micenas para reclutar soldados (Il.IV 376) y Zeus mediante señales les ordena que no se unan a la empresa (si participa un contingente de Midea al mando de Adrasto).

La sequía.

Baco provoca una sequía. El ejército argivo avanza por las frías praderas de Nemea. Baco regresa de la India y observa el ejército que marcha contra Tebas. Baco intenta detener la guerra. Convoca a los dioses de las aguas y les pide una sequía sobre la Argólide. Los ríos se secan con la excepción de Langia. La sed se apodera de los guerreros. 

Encuentro con Hipsípila. Adrasto envía exploradores en busca de alguna fuente que encuentran a Hipsípila, hija de Toante (hijo de Baco y Ariadna) que es la nodriza de Ofeltes, hijo de Licurgo, el rey-sacerdote de Nemea. Conociendo que el agua mueve a los hombres, Adrasto promete a Hipsípila los despojos de la victoria sobre Tebas y sacrificios con tantas víctimas como guerreros haya salvado de morir a causa de la sed. Hipsípila deja al niño Ofeltes en el suelo (Hig. Fab. 74: un oráculo prohíbe dejar al niño en el suelo antes de empezar a andar, lo deja en un árbol de apio) y dirige a los griegos hacia el río Langia. Los soldados se precipitan sobre las aguas y lo convierten en un lodazal.


5. Hipsípila.

El crimen de las lemnias. 

Adrasto pregunta a Hipsípila de dónde procede. Hipsípila comienza su relato describiendo la isla de Lemnos, consagrada al dios Vulcano, frente a Tracia pero tan cerca de la costa griega que el Mt. Atos la cubre con su sombra.  El pueblo abandonó el culto a Venus por su adulterio con Ares (Apd. I 614; Val. Flaco Arg. II 98, adulterio cuyo fruto es Harmonía). Venus siembra odio, furor y discordia en los lechos conyugales. La fetidez del aliento y el cuerpo de las mujeres o la disosmia de los hombres es la causa del abandono (Apd. I, 9.17). Los hombres deciden ir a la guerra con Tracia y abandonar a sus esposas. 

La anciana Polixo, esposa de Coropeo (Estacio),  nodriza de Hipsípila (Apolonio) y/o sacerdotisa de Apolo (Valerio Flaco) reune a las mujeres después de tres años de abandono. Las lemnias deciden matar a todos los varones (como las Danaides mataron a sus maridos y Procne a sus hijos).

Llegada los hombres de Lemnos. Realizan sacrificios con signos infaustos como la llama negra. Han traído como botín de guerra unas mujeres tracias como concubinas (Apol. I, 612; Pit. IV 449; Apd. I, 9.17; Hig. Fab. 15) o como esclavas para sus esposas (Val. Flaco II, 113) aunque Venus ordena a Fama que haga creer que son concubinas. 

Hermanas, esposas y madres matan a los hombres y a las esclavas tracias. Gorge mata a Élimo. Licasta deja caer su espada al ver a su hermano Cídimo, pero acude su madre y mata a su propio hijo. Hipsípila ve a Alcimede con la cabeza de su padre. 

Hipsípila corre al palacio de su padre quien le pregunta por el estrépito en las calles. Guía a su padre a un lugar seguro. Aparición del dios Baco quien le indica que confíe a su padre al mar y él cuidará de su hijo (en Val. Flaco, disfraza a su padre de Baco; en Apd. I, 9.17 Toante se refugia  en el templo de Baco). Hipsípila levanta una falsa pira en el palacio.

Las lemnias han conseguido aplacar a Venus y las diosas les concede nuevos compañeros, los argonautas (Val. II 315).

Los Argonautas.

Llegada de los Argonautas a Lemnos. Cuando las lemnias comienzan a sentir remordimientos por la muerte de los hombres, aparece la nave Argo. Lo primero que escuchan es el hermoso canto de Orfeo. Las lemnias toman armas pensando en defenderse de piratas tracios (lo que provoca el enojo de Palas y la sonrisa de Marte, Ov. Heroidas VI, 51).  Lanzan piedras y dardos. Estalla una tormenta. Júpiter lanza un rayo que ilumina la cara de los argonautas y sus atacantes. Jasón con una rama de olivo que coge del casco de Idmón, pide la paz.

Las lemnias acogen a los Argonautas. Los minias se unen a las lemnias y tienen hijos con ellas. Jasón e Hipsípila tienen dos hijos, Euneo y Toante. Euneo será rey de Lemnos durante la guerra de Troya. Se restauran los cultos a Venus (Apd. 850; Val. Flaco II 327).

Los Argonautas se marchan para seguir la búsqueda del Vellocino. Llega la noticia de que Toante no ha muerto sino reina en Quíos donde vive su hermano Enopión. Hipsípila trata de huir pero es apresada por piratas. Hipsípila es vendida como esclava al rey Lico de Tebas (según Hig. Fab. 15) o al sacerdote-rey Licurgo de Nemea. Licurgo es hijo de Feres (hijo del eólida Creteo y Tiro), hermano de Admeto, primo de Jason (hijo de Eson) y primo de los hermanos Biante abuelo de Adrasto y Melampo bisabuelo de Anfiarao (hijos de Amitaón) y primo de la niñera de su hijo Hipsípila (hija de Mirina).

La muerte de Ofeltes. 

El niño abandonado duerme sobre la hierba. Se acerca una gigantesca serpiente furiosa por la sequía. La serpiente ignora al niño pero le golpea con sus anillos. Ofeltes al morir lanza un gemido que Hipsípila oye. Hipsípila grita al ver a la serpiente al lado del niño.  Adrasto pide a Partenopeo que cace a la serpiente. Hipomedonte arroja una piedra. Capaneo ataca con su lanza de fresno. Anfiarao mata a la serpiente (Apd. III, 6.4).  La serpiente herida se arrastra hasta el templo de Júpiter donde muere. Ninfas y faunos lloran su muerte.  Júpiter lanza un rayo que roza el penacho de Capaneo.  Hipsípila llora la muerte del niño. Pide a los argivos que la maten.

La noticia con la muerte de Ofeltes llega al palacio de Licurgo en el momento en que el rey regresa del Mt. Perseo. Licurgo no se había unido a la expedición contra Tebas porque los presagios auguraban que daría la primera sangre en la guerra.

Euridice, esposa de Licurgo (Eur. Siete), acusa a Hipsípila de la muerte del niño. Anfiarao defiende a la nodriza y consuela a la madre. Predice los Juegos Nemeos y llama al niño Arquémoro.

Licurgo quiere castigar a Hipsípila. Tideo la defiende con su escudo. Capaneo, Hipomedonte y Partenopeo desenvainan su espada. Los nemeos acuden a su rey. Anfiarao observa las bandas de Licurgo y descubre que también es un sacerdote de Apolo. Adrasto consigue calmar a los soldados y se evita la lucha entre nemeos y argivos.  Licurgo predice la muerte de los argivos en la guerra de Tebas.

Los hijos de Hipsípila habían llegado a Nemea en búsqueda de su madre y se encontraban entre las tropas de Licurgo. Reconocen a su madre y ella los reconoce por el dibujo de la Argo en la empuñadura de sus espadas y el nombre de Jasón en la clámide (en Eurípides son reconocidos después de los juegos  por un ramo de vid dorada).

Se instauran los Juegos Nemeos trienales (Hig. Fab. 74, los juegos quinquenales).


6. Los Juegos Nemeos.  
   
Los Juegos Olímpicos fueron consagrados por Hércules en honor a Pélope y su premio es una rama de olivo. Los Juegos Píticos instituidos por Apolo en recuerdo de Pitón y su premio es una corona de laurel. Los Juegos Ístmicos establecidos en Corinto por Sísifo en honor de Palemón (o por Teseo en honor de Poseidón, Plut. VP- Teseo) y su premio es una guirnalda de pino. Los argivos crean los Juegos Nemeos en recuerdo del fallecido Ofeltes-Arquémoro y la recompensa para los vencedores de cada competición es una corona de apio.

Los Nemeos construyen una pira fúnebre para Arquémoro. Primero una base de ramas verdes, un segundo nivel de césped y flores y el tercero con perfumes. Cubierto de tapices que representan a Lino devorado por los perros.

Los Argivos cortan árboles para construir una segunda pira con la que expiar la muerte de la serpiente consagrada a Júpiter.

Los Siete llevan el cadáver seguidos en procesión por los padres de Ofeltes e Hipsípila. Eurídice pide que Hipsípila se aleje de su vista porque no puede llorar como ella quien ha recuperado a sus hijos. Licurgo ofrece su barba y cabellos. Se levanta un templo en honor de Arquémoro y se consagran los juegos en su memoria.

Carrera de carros. 

La prueba más importante de los juegos fúnebres. El caballo más rápido es Arión, hijo de Gaia o de Deméter y Poseidón, el caballo de Adrasto. Onco había regalado el caballo a Hércules durante su campaña contra Élide y Hércules lo entregó a Adrasto (Paus. VIII, 25.7). Adrasto no participa en la carrera porque ganaría con toda seguridad. Entrega el caballo a su yerno Polinices. Anfiarao participa con unos caballos de Ebalia, descendientes de Cílaro, el caballo de Cástor. Admeto de Tesalia se presenta en los juegos con unas yéguas estériles, nacidas de Centauros. También compiten Toante y Euneo (hijos de Hipsípila) Cromis, hijo de hércules e Hipodamo, hijo de Enomao. La meta está marcada por una encina y una roca. Apolo duda entre favorecer a Admeto o a Anfiarao. Decide ayudar a Anfiarao porque sus días están contados mientras que Admeto le espera una larga vejez.

Arión corre en busca de su dueño e intentando librarse de Polinices. Anfiarao consigue colocarse en primer lugar.  Toante cae al intentar adelantar a Admeto porque se interpone el carro de Hipodamo. Cromis consigue detener  los caballos de Hipodamo aunque el carro se rompe, evita que sus caballos le ataquen. Apolo ayuda a Anfiarao creando una visión de un fantasma monstruoso con cabezas de serpiente. Arión se detiene y Polinices cae y es arrastrado por el suelo.

Arión llega primero a la meta en solitario. Anfiarao es declarado vencedor. Recibe una copa con la representación de la Centauromaquia. Admeto gana una clámide con un bordado de Hero mirando al mar (esperando a Leandro, OV. Heroidas 18 y 19).

Carrera pedestre. 

Idas de Onquesto (Tebaida VI, 553), vencedor de los Juegos Olímpicos, es aclamado por los soldados de Elea. Se presentan para competir Alcón y Fédimo, vencedores de los Juegos Ístmicos, y Dimante. Los argivos piden a Partenopeo que participe.

Comienza la carrera. Partenopeo es el primero. Idas tira del pelo a Partenopeo y llega el primero a la meta. Ocurre algo inesperado que impide que gane el corredor más rápido: Ayax cae en estiércol y vence Ulises (Il. XXIII 773) o Niso resbala y vence Euríalo (En. V, 327).

Se repite la carrera entre Idas y Partenopeo, corriendo en direcciones opuestas. Partenopeo reza a Diana y vence con facilidad.

Lanzamiento de disco. 

Adrasto pide a Pterelas un disco de bronce para la prueba.  Se presentan participantes de Corinto y Acaya. Hipomedonte quiere participar con un disco todavía más pesado. Solo Flegias y Mnesteo aceptan el reto. 

Flegias lanza el disco pero se escurre de su mano y cae cerca de sus pies. Mnesteo realiza un buen lanzamiento y se marca la distancia con una flecha. Hipomedonte supera ampliamente a Mnesteo.

Adrasto premia a Flegias con una espada, a Mnesteo con un arco y flechas y a Hipomedonte con una piel de tigre.

Pugilato. 

Capaneo lamenta enfrentarse a un argivo y no a un tebano. Su rival, Alcidamante de Esparta, entrenado por Pólux, es un boxeador más técnico pero no tan fuerte. Adrasto suspende el combate antes de que Capaneo mate a Alcidamante. Tideo e Hipomedonte tienen que sujetar a Capaneo (el vencedor es Tideo en Apd. III, 6.4).

Lucha libre.   

Tideo lucha con Agialao, descendiente de Hércules. Tideo levanta a Agialao, lo golpea contra el suelo y lo inmoviliza con las manos en el cuello y con las rodillas en el abdomen (el vencedor es Polinices en Apd. III, 6.4).

Esgrima. 

Polinices reta a Agreo de Epidauro. Adrasto detiene la prueba por su peligrosidad. Regala a cada competidor un casco de oro (similar a Diomedes y Ayax en Il. XXIII 802).

Tiro con arco. 

Los argivos piden a su rey Adrasto que participe en alguna prueba. Adrasto apunta con su arco a un fresno. La flecha lanzada da la vuelta en el aire y se clava junto al carcaj (Adrasto será el único de los líderes que regrese con vida).


7. Primera batalla. 

Dialogo de los dioses. 

Júpiter envía a Mercurio en busca de Marte para que provoque el furor guerrero en los argivos. Júpiter conoce la debilidad de Marte por los tebanos y en caso de retrasar la guerra le quitará la espada y los caballos para convertirlo en una divinidad pacífica y benévola para los mortales.
 
Mercurio llega al palacio de Marte en el Mt. Hemo (Tracia). Alrededor montan guardia Temeridad, crimen, Miedo, Insidias, Discordia y Amenazas. Dentro del palacio se encuentra Valor y Furor. La Muerte está sentada con el rostro ensangrentado y las armas en la mano. Llega Marte con el despojo de la guerra de Hircania. Belona conduce su carro. Mercurio se asusta. Marte obedece las órdenes de Zeus sin dejar a sus caballos descansar.

En Nemea, Adrasto realiza libaciones sobre las cenizas de Arquémoro. Marte manda a Pavor que haga ruido para que los argivos crean que los tebanos atacan. Marte ordena tomar las armas.

Baco intercede por Tebas ante Júpiter. Si Júpiter destruye Tebas deberá exiliarse en la Tracia de Licurgo o entre los Indos. Recuerda los favores de los hijos de Zeus a otras ciudades: Apolo concede a la isla flotante de Delos quedar fija por haber ayudado a Leto, Palas defiende a Atenas, Épafo reina en oriente, Cilene de Mercurio y el Idas de Minos no conocen la guerra. Como Baco no goza de los favores de otros hijos de Júpiter, pide a su padre que salve a la ciudad donde nació Hércules. Júpiter recuerda la maldad de los tebanos y cómo el mismo Baco provocó la muerte del rey Penteo. Júpiter asegura que el destino de Tebas está en manos del hado y que después de esta guerra,  solamente Juno la defensora de Argos, se lamentará.

Catálogo de aliados. 

Llega la noticia de que el ejército argivo avanza sobre Tebas. El anciano Forbante describe para la princesa Antígona, hermana de Eteocles, a los aliados de Tebas (contemplación desde los muros o teichoscopia, en Eur. Fenicias 88, Forbante describe el ejército enemigo; en Hom. Il. III es la princesa Helena la que describe a los enemigos para el anciano Príamo )

- Creonte y sus dos hijos, Meneceo y Hemón; 
- Driante de Tanagria, nieto de Orión, comanda las tropas de Tisbe, Ocalea, Nisa y Medonte y porta un rayo y un tridente en su escudo (por el doble origen de Orión); 
- Eurimedón, hijo de un fauno, que porta un escudo con un dibujo de un pino; 
- Anfión de Tebas que guía a los soldados de Onquesto y otras ciudades sin rey; 
- Alatreo, hijo Lapitaón y la ninfa Dercetis (caso único en la mitología en que una náyade viola a un hombre, Estacio, Tebaida VII. 296); 
- Hipseo, hijo de Asopo; 
- Ífito Naubólida de Fócide; 
- los dos hijos de Abante de Eubea; 
- Clonio.

Embajada de Yocasta. 

Los argivos establecen su campamento en una colina cercana. Edipo lamenta no poder ver. Yocasta acompañada de sus hijas Antígona e Ismene visita el campamento portando una rama de olivo en la mano. Polinices abraza a su madre pero ella se libra de sus brazos y le reprocha que haga la guerra a su ciudad. Yocasta pide que se reuna con su hermano y hagan las paces. Tideo recuerda su embajada y la traición de los tebanos y convence a Polinices de que Tideo le prepara una emboscada.

Muerte de Anfiarao. 

Tras el fracaso de la mediación de Yocasta empieza la lucha. Tisífone provova a dos mansas tigresas traídas por Baco de su expedición a la India. Atacan al auriga de Anfiarao y espantan a sus caballos, Idas de Ténaro y el etolio Acamante. Aconteo mata a a las tigresas bajo la muralla de Tebas. Fegeo mata a Aconteo.

Tideo mata a Pterelas sobre su caballo. Meneceo a Perifanto. Hipomedonte a Sibarin.  Partenopeo a Itis. Hemón decapita a Ceneo. Abante muere de un flechazo cuando intenta despojar el cuerpo. Capaneo mata a Euneo mientras anima a los tebanos recordando que Tebas alojó a Hércules y a Baco y fue fundada por un yerno de Marte y suegro de Zeus (Cadmo). 

Anfiarao se sitúa en la vanguardia. Apolo consigue de Marte el favor de cubrir de gloria a su profeta y que no lo hiera ningún mortal. Anfiarao mata a Licoreo, sacerdote de Apolo. Hipseo lanza su dardo y mata a Herses, el escudero de Anfiarao. Apolo, con la apariencia de Aliagmon de Lerna ocupa su lugar en el carro. Apolo desvía las flechas y las lanzas de los enemigos. El carro se llena de vísceras y sangre de los enemigos. Por fin, Apolo se desvela a Anfiarao y le anuncia su descenso al Eliseo donde ya lo esperan. La última petición de Anfiarao a Apolo es que su hijo Alcmeón vengue su desaparición. La tierra se abre y engulle al adivino en su carro con su auriga Bato (Paus. II 23,2) mientras huye de Periclimeno, hijo de Astaco (Apd. III 6,8). 


8. Muerte de Tideo. 

Las almas se asustan al ver a Anfiarao llegar al Infierno vivo sobre su carro. Anfiarao reza a Plutón y pide castigo para su esposa Erífile.

El ejército argivo se desanima por la desaparición del profeta. Filemón ruega a Adrasto la retirada por el aciago presagio. Mopso y Actor están de acuerdo. El ejército se retira fatigado y entristecido. Los tebanos atacan hasta que Véspero con sus caballos de la luna anuncia la llegada de la noche. Los argivos lloran la desaparición del profeta que un día será adorado en un templo (en Oropo, Paus. I, 34.2).

En Tebas se celebra la victoria. Se cantan las bodas de Harmonía y los cantos de Anfión. Edipo abandona su retiro. Ha lavado la sangre de su cara y se ha peinado. Habla con sus compatriotas quien antes solo rezaba a las Furias y se comunicaba con su hija Antígona.

Los argivos eligen a Anfidamante el melámpida como nuevo sacerdote. Los tebanos obstruyen las siete puertas de Tebas con un ejército y al frente un héroe (Diod. IV 65.2; Estacio Tebaida IV 62; Hig Fab. 70; Eurípides Fenicias; Paus. IX 8; Apd. III 6.6; Esquilo Los Siete contra Tebas).


PUERTA ATACANTE DEFENSOR
Neista o Puerta Nueva (Esquilo, Euripides, Pausanias, Estacio)
Eteoclo (Siete contra Tebas)
Partenopeo (Fenicias)
Megareo (Siete contra T)         Eteocles (Fenicias)
Prétida o de Preto (Eur., Esq., Paus., Apd.)
Polinices (7, Edipo en Colono)
Anfiarao (Apd, Fen)

Eteocles (7,OC)
Hipseo (Tebaida)
Ogigia (Eur., Hig., Paus., Apd, Estacio)
Capaneo (Apd)
Hipomedonte (Fenicias)
Creonte (Tebaida)
Atenea Oncaida (sustituye a Neista en Apd. y a Ogigia en Esquilo) Hipomedonte Hiperbio
Homoloide (Eur., Esquilo, Paus., Apd., Estacio)
Anfiarao (Siete,OC)
Adrasto (Apd)
Tideo (Fen)
Hemón (Tebaida)
Hipsista (Estacio Tebaida)
Eurimedón (Tebaida)
Puerta de la fuente (Fenicias) Polinices (Eur. Fenicias)
Electra (Eur., Esq., Paus., Apd., Estacio)
Capaneo (7, Fen. 1104)
Partenopeo (Apd.)

Polifonte (Siete)
Dryas o Driante (Tebaida)
Dircea o de Dirce (Tebaida) Tideo (Tebaida) Meneceo (Tebaida)
Crénice o Crenea (Eur., Paus., Apd.) Tideo (Apd.)
Bóreas (sustituye a la Crenea en Esquilo) Partenopeo (Siete) Áctor (Siete)
Séptima puerta (Eur. Fenicias) Adrasto (Fenicias)           Polinices (Siete contra Tebas)                                                  Eteocles (Esq. Siete contra Tebas)
Hipsista (solo en Pausanias IX 8.5)

  
En Dionisiaca V 67 Cadmo dedica las siete puertas de Tebas a los siete planetas. En Hig. Fab. 69 las siete puertas reciben sus nombres de las siete hijas de Anfión: Tera,  Cleódone, Astínome, Asticratía, Quiade, Ogigia y Cloris.

La Muerte desde el cielo elige a los guerreros que llevará. Se reanuda la lucha primero cuerpo a cuerpo y cuando llegan Rabia y Valor también con armas arrojadizas. Hipseo con su lanza mata al capitán Menalce de los lacedemonios. Amintas el tebano a Fedimón. Agreo el etolio corta el brazo de Fegeo y lo remata Acetes. Al noble Ifis hiere Acamante en el hombro, al infante Argos en el pecho hiere Hipseo y Abante con su lanza ataca a Feres el carretero, a los tres iguala la muerte. Ión mata al tebano Dafnis, amante de Apolo (personaje distinto de Ov. Met. IV 275 y Diod. IV 84).

En la batalla destacan Hemón en el bando tebano y Tideo en el argivo. La diosa Palas favorece a Tideo y Hércules a Hemón. Atenea intenta que los dos campeones se enfrenten. En el Olimpo, Hércules  se niega a enfrentarse a su hermana Palas que tanto le ayudó a completar sus trabajos. Tideo ataca a Idas de Onquesto que utiliza un pino encendido como arma y después realiza una matanza con los tebanos, Aón, Cromio, Folo y los dos hijos de Mera. Hemón derrota a gran cantidad de Argivos, a Butis con su hacha, al rubio Hipán, Polites, Hiperenor y Dámaso. Tideo y Hemón se encuentran frente a frente. Hemón nota que las fuerzas le abandonan porque Hércules deja de ayudarle. Tideo hiere a Hemón pero no lo remata. Tideo ataca a Proto que combate a caballo. Tideo mata a Corimbo de Helicona y arroja una flecha mortal al joven Atis de Cirra, prometido de la princesa Ismene. Meneceo impide que los enemigos despojen el cadáver de Atis.

Tideo desafía a los tebanos y se pregunta si los cincuenta soldados que mató en la emboscada no tienen hermanos ni padres que los venguen. Tideo avanza en busca del rey Eteocles. El rey lanza un dardo pero falla. Tideo dispara su jabalina pero Erinis la desvía y alcanza al escudero Flegias. Tideo se lanza espada en mano. Los tebanos protegen a su rey. Tideo arranca las cabezas y la piel de jabalí se eriza sobre sus hombros. Caen Toante, Cloneo, Deiloco e Hipótado. Palas ayuda a Tideo hasta un momento en el que se tapa los ojos con su escudo. Una jabalina lanzada por Melanipo, hiere mortalmente a Tideo. El Calidonio herido quiere seguir luchando, Hopleo le entrega un dardo. Los argivos separan a Tideo de la lucha y lo tienden en una colina sobre unos escudos. Tideo pide la cabeza de Melanipo. Capaneo captura a Melanipo aún vivo. Tisífone inspira a Tideo  el deseo de devorar el cerebro de Melanipo. Palas horrorizada por el canibalismo, desiste de pedir la inmortalidad para Tideo. Melanipo es el peor enemigo de Adrasto porque mató a su hermano Mecisteo y a Tideo (Heródoto V, 67). Anfiarao que odiaba a Tideo porque lo obligo a participar en la expedición, entrega la cabeza de Melanipo para que Atenea no utilice la hierba que otorga la inmortalidad (Apd. III, 6.8).


Altorrelieve de Pyrgi, Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia, Roma. S. V A.C.


9. Hipomedonte y Partenopeo. 

Muerte de Hipomedonte.

Reacción por la muerte de Tideo. El acto de canibalismo de Tideo antes de morir indigna a cadmeos ya ináquidas e incluso al dios Marte. Los jóvenes tebanos quieren vengar a Melanipo. Polinices llora la muerte de Tideo y lamenta seguir vivo. Adrasto y sus compañeros impiden que se suicide cuando ve su cadáver.


Hipomedonte defiende el cuerpo de Tideo. Los tebanos dirigidos por su rey Etocles se disponen a despojar el cadáver de Tideo. Hipomedonte mata a Polites, Cidon, Mopso, Falante. A Leonteo que consigue acercarse y arrastrar a Tideo por los pelos le corta la mano. La furia Tisífone disfrazada de argivo aleja a Hipomedonte diciéndole que el rey Adrasto ha sido raptado por los tebanos. Cuando Hipomedonte descubre tarde el engaño. Los tebanos ultrajan el cuerpo de Tideo y roban su armadura.


Hipomedonte descubre que ha sido herido en un muslo por la lanza de Eteocles. Toma el caballo de Tideo que trae su escudero Hopleo. Aplaca al caballo hablándole de su antiguo dueño. Hipomedonte a caballo se lanza sobre la infantería tebana. Los tebanos huyen buscando refugio en las aguas del río Ismeno. El tebano Cromio mata a Ión pero muere a manos de Antifo. Hipseo mata a Antifo y a Astiage. Lino muere a las orilla del río atravesado por una lanza. El niño Argipo se agarra a un olmo y Meneceo le corta los brazos. Hipseo mata a Sage y su hermano Agenor rescata el cuerpo. Cápeto muere ahogado y Argites atravesado por una lanza. Muere el caballo de Tideo.


Hipomedonte sigue la lucha a pie dentro del río Ismeno (como Aquiles en el Escamandro, Il. XXI, 15). Apoya sus dardos en un árbol y persigue a los tebanos. Caen bajo sus golpes Nomio el flojo, Mimento el fuerte, Lico de Eubea, Licato el tebano, un hijo de Tespio (aunque permite vivir al otro hermano para que lleve la noticia), Terón, Herse, Gía, Ergino, Creteo y los caballos de Farsalio que al morir aplastan a su dueño.


Creneo, hijo de un fauno y de una ninfa hija de Ismeno, se enfrenta a Hipomedonte. Las aguas se abren a su paso. Viste una armadura de oro y en su escudo esta labrado el origen del pueblo de Aonia. Hipomedonte mata a Creneo con su jabalina. Las lágrimas de Ismeno aumenta el caudal del río que desborda su cauce. Ismeno recuerda su fidelidad a Júpiter cuando él se unió a Alcmena, Antíope y Sémele. En tiempos Baco y Hércules se lavaron en su corriente y ahora Ismeno ve sus aguas manchadas de sangre como Ebro (Tracia), el Estrimón o el Hidaspes. Los ríos Citerón y Asopo (Beocia) ayudan a Ismeno incrementando más el nivel de sus aguas. Ismeno promete que Hipomedonte no volverá a ver el río Ínaco.


Hipomedonte viendo que las aguas le cubren, se agarra a un fresno pero el árbol cae. Juno intercede por Hipomedonte. Júpiter hace un gesto y las aguas se calman. Hipomedonte alcanza la orilla solo para morir bajo las flechas de los tebanos. Hipseo arranca la espada y el casco (Apd. III, 6.8: Ismaro mata a Hipomedonte). Capaneo venga a su amigo y mata a Hipseo.

Muerte de Partenopeo.


En Arcadia, Atalanta reza a Diana para que su hijo Partenopeo regrese de la guerra. Diana se dirige a tebas a través del Mt. Ménalo y por el camino, encuentra a Apolo, triste por la muerte de Anfiarao. Apolo confía a Diana que la muerte de Partenopeo ya ha sido decretada por el hado y anunciada por los oráculos. Diana quiere conceder a Partenopeo una muerte honrosa en el campo de batalla y vengarse de su asesino.


Diana llega a Tebas. Se mezcla entre los argivos sin ser vista y pone unas flechas mágicas, que nunca fallan un blanco, en el carcaj de Partenopeo.  Vierte ambrosía sobre el guerrero y su caballo.


Partenopeo derriba con sus flechas a los tebanos: a Corebo de Tanagria en el cuello, Euricio en un ojo, Ida, Argos en una ingle, a Cidón atraviesa las sienes, Lamo de Eubea, Ligdo de Tisbe y Eolón de Amiclas. Cualquier herida que provoquen las flechas divinas es necesariamente mortal. Partenopeo llama cobardes a los tebanos y se burla de Baco. Provoca la reacción de Anfion que lanza a Partenopeo una flecha y luego se acerca con su espada.  Diana tomando la forma de Dorceo, tutor de Patenopeo, pide que deje de luchar. Partenopeo quiere una última ofrenda de un enemigo vencido para el templo de diana. La diosa sonríe y llora.


Venus observa la batalla desde el cielo abrazada a Marte y le pide a su amante que intervenga en favor de los tebanos. Marte consigue que Diana retire su apoyo al hijo de Atalanta. Marte imprime furor a Driante, nieto de Orión, que odia a los amigos de Diana. Partenopeo nota que le fallan las fuerzas y su carcaj está vacío. Driante dispara su flecha e hiere mortalmente a Partenopeo en el hombro derecho. Driante cae fulminado sin que se observe herida en su cuerpo. (El asesino de Partenopeo es: en Esquilo, Siete contra Tebas: Áctor; Eur. Fen. 1156: Periclimeno; Apd. III, 6.8: Anfídico; Paus. IX, 18.6: Asfódico).


Partenopeo en su agonía llora al acordarse de su madre. Pide a Dorceo que le oculte su muerte todo el tiempo que pueda y después le entregue su cabellera como ofrenda. Desea que en sus juegos fúnebres que solo participen expertos arqueros y su jauría de perros de caza la conduzcan los mejores cazadores.


10. Dimante y Holeo.  

Los tebanos al mando de Megareo  y Lico salen de la ciudad y establecen un campamento. Eteocles se alegra de derrota de los argivos, en el suelo yace la gloria de Lerna. La diosa Juno conmovida por las plegarias de las matronas de Argos quiere ayudar a los ináquidas. Ordena a Iris acudir en busca de Sueño para inmovilizar a los tebanos (Iris es la mensajera de Hera ante Hipnos en Ov. Met. XI, 585 y Nono Dion. XXXI.103). Iris llega hasta la morada de Sueño, cuya puerta vela la Pereza y en su entrada encuentra a Ocio, Olvido y Silencio. Iris tiene que repetir las órdenes de Hera al dormido Sueño que asiente con su cabeza. Sueño viaja hasta Tebas y a su paso los ojos se cierran, las cabezas se inclinan y las palabras expiran en los labios.

Tiodamante recibe una visión de Anfiarao. Debe vengar con la espada a sus camaradas caídos. Los argivos están  entusiasmados. Adrasto elige mediante sorteo a 30 soldados para realizar la expedición nocturna. Los líderes son Tiodamante, Agialeo el heráclida y el elocuente Áctor. Al partir, los guerreros reciben regalos (como en la Dolonia Il. X 255 y en la expedición de Niso y Euríalo En. IX 303). Tiodamante recibe una coraza y un casco de Polinices.  Capaneo entrega una espada a Áctor. Agialeo cambia sus armas con Nomio porque en la oscuridad no sirve ni arco ni flechas.

Los argivos encuentran a los tebanos dormidos, con la excepción de músico Yalímeno a quien mata Agialeo. Áctor mata a Tamiro. Tago atraviesa la espalda del coronado Equedo. Dánao corta la cabeza de Hebro. Tiodamante asesina a Calpeto que dormía bajo su carro. Eliminado el escuadrón tebano, Áctor decide regresar. Tiodamante ofrece el botín de guerra.

Hopleo el calidonio y Dimante el arcadio quieren rescatar a sus líderes, Tideo y Partenopeo, con la ayuda de Cynthia (Artemisa). Encuentran los cuerpos gracias a la luz de la Luna. Cuando están a punto de regresar a su campamento, son descubiertos por Anfión y sus guerreros, que venía a relevar a los tebanos. Anfión arroja una lanza delante de Dimante. Épito atraviesa a Hopleo que carga a Tideo y enclava al muerto con el vivo. Dimante hace frente a los tebanos hasta que es herido en la mano izquierda. El cuerpo de Partenopeo es arrastrado por la cabellera. Dimante ruega que concedan honras fúnebres a su príncipe y a cambio dejen su cuerpo para las aves de presa. Anfión promete la libertad y el cuerpo de su señor si confiesa los planes de los argivos (como Ulises a Dolón, Il X 382). Dimante se niega a traicionar a su pueblo. Muere con una herida profunda en el pecho y cae sobre Partenopeo al que sirve de tumba.

Sacrificio de Meneceo.

Por la mañana, los aqueos atacan. Capaneo anima a los jóvenes en el asedio. Los tebanos corren a refugiarse detrás de las murallas. Cuando Equión cierra la puerta Ogigia, mueren Panopeo y Ébalo atrapados. Algunos argivos como Amintor quedan atrapados dentro de la ciudad. Los tebanos arrojan lanzas desde las murallas y matan a Anteo en su carro. 

El pueblo de Tebas desesperado pide que se entregue el trono a Polinices. Una muchedumbre acude al profeta Tiresias. Manto prepara el altar para que su padre lea las entrañas de las víctimas y el movimiento de las llamas. Tiresias anuncia la salvación a cambio de un cruel precio, la muerte del último de la sangre del dragón. Creonte reconoce a su hijo Meneceo y se enfrenta a Tiresias. Fama expande la noticia por la ciudad.

Meneceo es el más joven descendiente del esparto Equión, vía paterna. Creonte desciende de espartos por vía materna y paterna. ;egareo y Licomedes son los fundadores de Tebas bajo el Placio, ciudad de Andrómaca , la esposa de Héctor durante la guerra de Troya.


 
Meneceo defiende la puerta Dircea. La diosa virtud toma la forma de Manto y le indica los designios divinos. Creonte encuentra a su hijo y le pide que no crea el oráculo de Tiresias (Eur. Fen. 962, pide que huya a Dodona).  Meneceo engaña a su padre, le dice que busca al cirujano Etrón porque su hermano Hemón está herido. Las Parcas inducen a Creonte a creerle. Meneceo sube a las murallas. Invoca a Marte y a Febo por la salvación de su patria (Apd. III 6.6). Se clava su lanza y la sangre purifica los muros. Meneceo se lanza desde los muros para caer entre sus enemigos pero Piedad y Virtud lo recogen entre sus brazos y lo depositan suavemente en tierra. Los tebanos entierran a Meneceo junto a Cadmo y Anfión (sepulcro cerca de la puerta Neista, Paus. IX, 25.1).

Muerte de Capaneo. 

El furor guerrero hace presa en Capaneo que quiere declarar la guerra al mismo Júpiter. Las Euménides combaten bajo su bandera.  Capaneo toma una escala y una antorcha. Escala la muralla en el mismo punto donde falleciera Meneceo. Los tebanos lanzan piedras con hondas y catapultas. Desde la altura comienza a destruir el muro que levantó Anfión con el sonido de la lira. Capaneo lanza enormes piedras contra templos y casas. Los dioses se reúnen en torno a Júpiter. Baco pregunta por los rayos de Júpiter, Apolo tiembla, Hércules duda a quién lanzar sus flechas, Perseo llora por Argos, Venus por Tebas, Palas se enfada con los protectores de Tebas y Juno calla torturada por el silencio de Júpiter. Capaneo reta a los dioses y se pregunta si Júpiter solo sabe lanzar rayos contra mujeres (Sémele). Proclama que ni siquiera la llama de Zeus impedirá que Tebas caiga pasto de las llamas.

Júpiter provoca una tormenta mientras  Capaneo sigue blasfemando. Un rayo alcanza a Capaneo que muere calcinado sobre la muralla tebana.


Capaneo subiendo por una escala. Casa de Getty.
11. Duelo de Eteocles y Polinices.


Los dioses se alegran de la derrota de Capaneo comparándola con la derrota de los titanes de Flegra. Los tebanos se  animan, viendo menos fiero al enemigo. Los argivos se retiran pálidos a causa del terror, creyendo que sus armas se incendian.

Tesifonte busca a su hermana Megera en el Infierno. Mientras Tisífone luchaba en un mundo hostil, Megara habitaba el Eliseo con las almas dóciles. Plutón enfadado con Júpiter por la presencia de Anfiarao vivo en el Infierno, decide como venganza provocar el canibalismo de Tideo, el desafío de Capaneo, el duelo de eteocles y Polinices y la decisión de Creonte de no enterrar a los muertos. Las plegarias de Antígona y Yocasta hacen dudar a Tisífone de su misión. Edipo que invocó a la furia como venganza, vaga solo y atormentado. Las hermanas descienden al campo de batalla, Tisífone junto a los tebanos y Megara con los de Argos.

Polinices tiene una visión de su esposa Argía portando una antorcha fúnebre. La Furia golpea su pecho con su látigo y siente deseos de morir sobre el pecho sangrante de su hermano. Polinices decide luchar en duelo singular para poner fin a al derramamiento de sangre argiva. Megara con la forma de Perianto lleva a Polinices su caballo y armas.

Eteocles hace sacrificio con Tisífone a su lado. El toro del sacrificio huye. Épito acude para avisar que su hermano lo reta a un duelo a muerte. Creonte llorando por la muerte de Meneceo lo incita a luchar. Eteocles se pregunta si su tío quiere gobernar después de su muerte. Yocasta pide a su hijo que no luche. Antígone desde las murallas ve a Polinices y reza a los dioses de Argos. 

Tisífone abre las puertas y empuja a Eteocles al campo. Las tubas callan y los cuernos de Marte permanecen en silencio. Adrasto intenta detener la lucha fratricida al poner su carro en medio, pero no le respetan. Adrasto abandona la batalla con ayuda de su caballo Arión (Apd. III 6,8; Hig. Fab. 68). Baja del cielo la diosa Piedad e intenta que los dos ejércitos eviten el duelo. La Furia Tesifonte le obliga a retirarse. 

Eteocles lanza su jabalina contra el escudo de Polinices. La lanza de Polinices mata al caballo de Eteocles. Prosiguen los dos su batalla a pie. Polinices clava su espada en la ingle de Eteocles. Polinices agradece a los dioses su victoria pero al agacharse Eteocles clava su espada en el corazón y quedan ambos muertos. Las últimas palabras de Polinices son para decirle a Eteocles que reclamará lo pactado en el Infierno (en la Tebaida es al revés que en Eur. Fen. 1417).

Edipo sale al campo, guiado por Antígona. Llora a sus hijos y se arrepiente de la maldición. Ismene no puede impedir que Yocasta se suicide con la espada de Layo. 

Fortuna engañando las esperanzas de los hermanos, entrega la ciudad de Cadmo a Creonte. Su primera orden es dejar a los dánaos sin sepultura para que sus almas vaguen errantes.

Expulsión de Edipo. 

Tiresias predice que Tebas no prosperará con la presencia de Edipo (Eur. Fen. 1589). Manda salir a Edipo desterrado de Tebas. Edipo dispuesto a abandonar la ciudad desea a Creonte la misma suerte en su matrimonio, hijos y destino. Antígona, consigue que Edipo viva en el monte Citerón que fue su primera morada al nacer.

El ejército de Argos se retira en la noche dejando a sus muertos sobre el campo de batalla.


12. Las Suplicantes.  

Los tebanos salen de la ciudad para rendir honores a sus muertos. El antiguo rey Eteocles tiene un funeral sencillo mientras que Meneceo recibe grandes honores por su sacrificio. Creonte prohíbe enterrar a los argivos y castigará a quien lo intente (la prohibición de Creonte; Esq. Siete 1005; Sof. Antig. 21; Eur. Fen. 775 y Sup. 18; Apod III 7.1; Diod. IV 65.9).

Argía viuda de Polinices sale de Argos en dirección a Tebas acompañada de su hermana Deípile (mujer de Tideo), Nealcea (mujer de Hipómenes), Erífile (esposa de Anfiarao), Atalanta (madre de Partenopeo y Evadne (mujer de Capaneo). Quieren enterrar los cuerpos de los caídos en la guerra. En el camino encuentran a Ornito quien debido a una herida no ha podido seguir al ejército de Argos en su huida. Ornito aconseja a las mujeres que no vayan a Tebas donde Creonte ha puesto guardias para evitar que se entierren los cuerpos sino a Atenas donde reina Teseo.

Las suplicantes se dirigen a Atenas. Argía se separa del grupo.  Acompañada de su ayo Meneto llega a Tebas. Busca el cuerpo de Polinices entre los cadáveres insepultos. Juno pide a Cintia que incline su carro sobre la tierra para que pueda ver mejor. Sueño desciende sobre los guardianes.

Los lamentos de Argía llegan hasta los oídos de Antígona. Las dos mujeres se reconocen. Lavan el cadáver de Polinices. Buscan una pira que todavía arda, la que consume todavía los restos de Eteocles. Cuando las llamas tocan el cuerpo de Polinices se separan y arden con más intensidad. Antígona reconoce el escudo y el cinturón de Eteocles. Las llamas luchan porque el odio persiste después de muertos (la discordia de la pira, Paus. IX, 18.3).

Las argivas llegan a Atenas con ramos de olivos y bandas de suplicantes. Caminan con ojos bajos y llevan urnas vacías en sus manos. Se refugian en el altar de Clemencia (Apd. III 7.1).

Teseo regresa de la guerra contra las Amazonas. Lleva prisionera a Hipólita. Detiene su carro triunfante para hablar con las mujeres.  Evadne (es el rey Adrasto en Suplicantes 263). Evadne se presenta diciendo que no son gente extranjera porque vienen del Peloponeso (Etra la madre de Teseo es nieta de Pélope). Pide que se cumpla el deber divino de enterrar a los muertos.

Teseo indignado con Creonte se dispone a atacar Tebas. El heraldo Fegeo vuelve su caballo directo a las murallas tirias (por Cadmo el fenicio) y proclama: o hay hogueras para los muertos o habrá guerra en  Tebas.

Antígona.

En Tebas, llevan a la hija y a la nuera del rey Edipo atadas ante Creonte a pesar de su protestas (no con más razones se quejan las golondrinas con su entrecortado discurso bajo los hospitalarios techos cuando denuncian a gritos el doble techo y la iniquidad de Tereo). Creonte condena a muerte a Argía y a Antígona (Hig. Fab. 77, Argía logra escapar) cuando llega Fegeo con una rama de olivo.

Antígona (Sof. Antig. 450) en su defensa, explica que las leyes humanas no pueden prevalecer sobre las leyes divinas. Creonte sospecha que Ismene también está relacionada con la conspiración y aunque no sea cierto, se confiesa culpable para compartir el castigo de su hermana.  Antígona es condenada a morir emparedada en una tumba excavada en roca.

Hemon, hijo de Creonte y prometido de Antígona, intercede ante su padre para que le perdone la vida, pero el rey se niega. El adivino Tiresias también hace saber a Creonte que los dioses desaprueban su actitud. Los cuervos y los perros arrancaban trozos del cadáver insepulto de Polinices y los depositaban en altares y hogares. Alguien de la sangre de Creonte debe pagar sus errores con la muerte.

Creonte suplica el perdón a los dioses, lava y honra el cadáver de Polinices. El rey también  revoca la condena a muerte, pero es demasiado tarde porque Antígona se ha suicidado ahorcándose, para evitar ser emparedada viva. Cuando Hemón descubre el cuerpo de su amada, se suicida con su espada abrazado a los pies de su prometida.

Al regresar a su palacio, Creonte se encuentra a su mujer Euridice muerta por suicidio.

Tebas y Atenas.

Los ejércitos de Atenas cubren la llanura de Tebas (Hdt. IX 27). Los jóvenes de Atenas se movilizan para la guerra desde Braurón helado, los campos de Moniquia, el puerto de Pireo, la llanura de Maratón, Celea, los bosques de Egelea, la verde Melena, el Mt. Parnes de uvas lleno, los olivares de Licabesos, el atroz Aleo, Sunion, Salamina, Eleusis y los campos de Calirroe (Plut. Teso XXX, Eleuterias en Mt. Citerón y los líderes de Eleusis). La juventud tebana, flaca y sin aliento en vano sostiene la espada con la diestra.

Comienza la batalla. Olenio y Lamiro caen bajo la lanza de Teseo y después tres hijos de Hércules Fileo, Hélope y Japo.  Se resuelve la guerra con un duelo individual entre los dos reyes. Teseo hiere a Creonte en el pecho. Lo manda a sufrir los suplicios atroces del infierno seguro de ser honrado con un sepulcro. El ejército de Teseo vence pero se niega a atravesar los muros de la ciudad (Esq., Siete).

Los tebanos levantan piras simultáneas para el vulgo y para los nobles. Evadne se suicida arrojándose a la pira funeraria de su marido (Eneida VI, 447) sin que lo pueda impedir hija de Ifis, (el rey Prétida de Argos).  Su hijo Esténelo será uno de los héroes de la Guerra de Troya. Al joven Partenopeo lloran argivos y tebanos.